martes, 29 de septiembre de 2009

Frio como el hielo. primera parte.

-Entonces... Mi padre dejó a mi madre casi que con la ropa y muy poco más- Martin se rascaba la cabeza con la mano libre intentando recordar mas detalles de su dura infancia- Que alguien me explique ¿cómo se supone que tiene que terminar uno despues de todo lo que te he contado? porque, para colmo, mi tio se intentaba aprovechar de mi y quería jugar con mi cosita no se si me explico...





El silencio en la sala era sepulcral solo roto levemente por algún que otro solllozo proveniente de cualquiera de las 20 almas que sufrían en terrorífico monólogo con las manos tras la nuca.





-No intento contarte mi vida, en realidad no intento justificar mis actos- La tranquilidad con la que Martin contaba el relato de su triste y violenta vida contrastaba como un polo de fresa en una paella con la gélida tranquilidad de la que hacía gala- lo que intento decirte es: que la vida no es de ninguna manera, la vida solo es vida y que como tal lleva dentro un contenido intrinseco muy amplio y que en ese paquete también se incluye el sufrimiento y las pruebas duras. Es igual para todo el mundo, no te engañes, yo lo llevo mal y mira en que situación he terminado, pero tu tienes la posibilidad de elegir ¿me entiendes? al final todo se trata de salir a flote, de pelear por encontrar esa cuerda que te lleva al exterior y que siempre, siempre esta ahi aunque nunca la veamos por que la cubrimos de maleza.





El recepcionista se habia orinado en los pantalones casi al principio de la conversación mientras no paraba de asentir pero mirando a los fríos ojos de Martin, esa vocecita que te habla cuando la de la razón se fué hace tiempo (intuyendo el peligro) le decía que disimulara lo mejor que pudiese y con suerte no le pasaria nada, asi que de vez en cuando le decía a su cerebro que interpretase una sonrisa. Pero lo mas que podía darle su cabeza en ese momento es un rictus tembloroso en el rostro.

Martin dió por concluido su monólogo al oir las sirenas en la puerta del establecimiento, terminó deseando un buen Karma a todos los presentes y un prospero año nuevo, lo que desconcertó aún más al (ya de por si entre asombrado, aterrado y en cierto modo apenado por Martin) gentío.

Finalizado el relato Martin agarro con fuerza la escopeta con las dos manos y continuo hablando al conmocionado recepcionista.
- Cómo te llamabas?
- Ro... Ro.... Ro...
- Roberto, ya me acuerdo, estas bien?- Roberto ya no temblaba, estaba convulsionando de tal manera que parecía poseido. Entre convulsiones no podía dejar de repetir que amaba profundamente a su perro y que quería volver con el- Bueno Roberto, como ya ha llegado mi archienemigo y está esperando en la puerta con su ejercito del mal, vas a coger los 1750 euros y me los vas a dar como habíamos pactado, que te parece?

Las palabras de Martin habían proyectado una fina capa de hielo, casi invisible, en el suelo del banco. Un chico negro que estaba en una esquina y que pertenecia al recien inaugurado "club de fans del chico atormentado Martin" que había empatizado especialmente con el le gritó: Go go Martin, you can!! kill that motherfucker!!

-Que ha dicho el chico de la esquina?- le pregunto Martin a Roberto tras unos segundos de cavilaciones, Martin no había aprendido ingles porque no había ido a la escuela, es lo que tiene: haber sido secuestrado en tres ocasiones, apaleado brutalmente por tu padre, violado por tu tio, orinado por el perro de tu vecino, haber sido invitado a un famoso programa de television para ganar un millon de euros y haber perdido 50.000 euros por haberse arriesgado, renegado por tu madre, expulsado de 14 escuelas... pues que... te destroza la infancia.
-C... c... creo que ha dicho... "no le haga daño al recepcionista" señor...

Martin se dio la vuelta y sonrió al chico negro mientras le gritaba "ok! ok!" el chico negro se puso muy contento y Martin también porque como podía comprobar todavía quedaba buena gente en el mundo.

Roberto le dió los 1750 euros a Martin y este abandonó en salón principal. Tras salir por la puerta que daba al Hall del edificio saltaron las alarmas del banco, su movil sonó y lo cogió con indiferencia.
-Tienes el dinero?
-Si.
-Si eres capaz salir de la que te está esperando fuera nos veremos en la nave de objetos perdidos del aeropuerto, si haces algún movimiento en falso ya sabes lo que hay, te quedan 5 horas.


No pudo responder, el inquietante interlocutor de voz distorsionada había colgado. Martin reprimió la rabia como mejor pudo y guardó el movil. Al salir a la calle se encontró el espectaculo que esperaba enocntrarse, 4 coches de policia, 9 hombres armados y mil curiosos tras la vaya policial.

No obstante, Martin tenía un don, había sido un regalo de Dios o al menos es lo que el pensaba, pero no un regalo en plan: "Antes de nacer, tres hadas te haran regalos para que tu vida sea prístina y candida." nada mas lejos... Era un regalo en plan: "Coño, se me ha olvidado el niño en el coche en pleno agosto con 47 grados a la sombre, ven criatura toma una piruleta"

Martin era una placa de hielo, esto le permitía establecer parámetros minuciosos en situaciones en las que la mayoría de los mortales solo podrían pensar en defecar lo antes posible en el sitio más cercano.

-Tire el arma y las bolsas al suelo.- La voz del megáfono tenía ese tono de voz que pone tu madre cuando te dice de niño que si llegas tarde va a coger la carta mas cara de tu colección y va a tirarla a la basura.

Porque efectivamente Martin llevaba una bolsa en una mano y la escopeta en la otra. El dinero, sin embargo, lo llevaba oculto en uno de los bolsillos de su gabardina vieja y gris. Se apartó la melena oscura de la cara y miró a su público con los ojos grises que le caracterizaban.

-Quiero contaros una cosa: Cuando tenía 17 años, descubrí a mi primera novia en la cama con otro tipo, fue ahi cuando me entere que era una prostituta, no es un insulto, era prostituta de profesión, a pesar de todo lo que había pasado en mi infancia yo era aún un alma inocente y no me enteraba de nada. Aquello a mi me afectó profundamente, por eso os lo cuento, porque no quiero que os afecte a vosotros, porque la vida no es de ninguna manera amigos, se trata de agarrarse a cuerdas, ocultas bajo la maleza- Sacó una cerilla, la encendió y la metió dentro de la bolsa que llevaba en la mano, el paquete comenzó a emitir un extraño humo verde.

-No lo hagas Martin!- El jefe de policia Gabriel, viejo conocido de Martin, sabía que Martin no iba a entregarse sin más, formaba parte de su compleja personalidad que el Show continuase pasara lo que pasase.
- Por eso amigos, os deseo un buen Karma y un prospero año nuevo- Dicho esto lanzó el paquete al aire sobre los policias y con una velocidad pasmosa lo hizo estallar con su escopeta, el resultado fue una nube verde que se te metía en los ojos y te hacía llorar amargamente. Un par de disparos se oyeron entre la confusión- Que nadie dispare! alto el fuego!- A duras penas podía hacerse oir el jefe Gabriel entre los gritos.

Martin corrío entre los coches, pero cuando se dirigía hacia un callejón resulto herido en la rodilla por una bala disparada al azar por uno de los policias aterrorizados. Como sabía que esto podía ocurrir ya llevaba encima una inyección repleta de analgésicos y unas vendas con desinfectante. Aplicó los primeros auxilios básicos para evitar dejar un rastro de sangre y apartando el dolor como se aparta un mueble molesto que bloquea la entrada al baño en un momento de necesidad se metió en su coche y escapó a toda prisa de la escena del crimen.

Condujo el coche a 100 kmh por las estrechas calles de la ciudad evitando como mal podía los numerosos obstáculos que le surgían al paso. Cuando finalmente llegó a las afueras se inyectó la solución en la pierna y esperó a que le hiciera efecto.

A duras penas consiguio arrastrarse con su coche hasta el aeropuerto donde le esperaban un tipo alto totalmente calvo junto a otro mas bajito que lucia unas gafas de sol . Entre los dos estaba Satriane, uno de los lideres de la mafia local y a su izquierda una niña pequeña de unos 9 años de edad.
-Papa!
-Tranquila! todo saldra bien no tengas miedo.- Martin miro a Sapriane con rabia - Ya he reunido tu sucio dinero, aqui lo tengo, devuelveme a mi hija ahora.
Satriane mando recoger la bolsa que Martin llevaba en la mano, estaba el millon de dolares que Martin habia robado en diversos bancos por todo el pais.
-Esta todo jefe.
Martin camino hacia Elisa, pero fue interrumpido por el tipo sin pelo.
-No tan rapido Martin- Satriane sonreia maliciosamente.-Esta niña es muy guapa, y sinceramente, no creo que un millon de dolares sea una cifra justa, en vista de que no puedes pagar lo que realmente vale, creo que lo mejor sera llevarmela a mi pub de carretera donde seguro que me reporta mayores beneficios. Julio ya sabes lo que debes hacer.

El tipo de las gafas saco una pistola y apunto a martin a la cabeza.
- Es una pena, que dura puede llegar a ser la vida, verdad?