sábado, 28 de febrero de 2009

Perdido en Silent Hill



Nunca dejara de maravillarme la filosofía del pueblo condenado, hablo de Silent Hill.

Silent Hill es una serie de videojuegos creada por Konami con temática de horror de supervivencia mezclado con miedo psicológico.

En la serie se tratan temas muy profundos relacionados con muchos campos de la filosofía, la psiquiatría, la psicología, el fanatismo o el psicoanálisis entre otros y abordan los temores, dudas, depresiones y todo tipo de emociones extremas inherentes a la naturaleza humana, es por eso porque me considero un gran seguidor del mundo creado por Akira Yamaoka y su equipo.

La serie consta de 6 juegos principales contando el muy reciente “Origins” y un par de juegos secundarios que no desarrollan la trama sino que la complementan, pero si uno de ellos me ha marcado profundamente ese es sin duda Silent Hill 2.

El juego Narra la historia de James, que perdió a su mujer 5 años atrás, pero de repente recibe una carta supuestamente de ella, citándole en el hotel donde solían pasar las vacaciones, en Silent Hill. Evidentemente no puede ser, pero todo en la carta le dice a James que realmente se trata de ella y por eso va en su busca. Silent Hill es diferente para cada visitante, porque la ciudad crea monstruos salidos de tus peores pecados y de los secretos inconfesables que llevas dentro. James padece mil penurias, pero sin duda la más peligrosa es cabeza piramidal, un carnicero que le persigue por todos los rincones por más que James logre matarlo físicamente.

El juego aprovecha la luz, los ángulos de cámara, los rincones y diálogos para enlazar con los temas que menciono al principio, en la foto que acompaña este articulo, sacada del juego, James se mira al espejo y ve en el a un James mucho más oscuro, consciente del terrible secreto que alberga dentro, refleja esto la dicotomía que se nos presenta en nuestro día a día entre nuestro yo real, el que realiza nuestra vida y se relaciona con el mundo y el que realmente albergamos dentro. Freud decía que nuestras depresiones más agresivas podían psico-somatizarse si no las conseguíamos tratar a tiempo, esto es, que algo mental e intangible muestra enfermedades puramente físicas. En el caso de James, la alucinación que le produce Silent Hill es el carnicero, a pesar de ser una creación mental le produce daños físicos reales (psico-somáticos), como decían en matrix “si mueres en matrix mueres en la vida real, porque el cuerpo no puede vivir sin la mente”.

Estoy seguro que sabes de lo que hablo, porque como James, tú y yo tenemos miedos, secretos, sentimientos que no dejamos escapar y en cierto sentido nos llevan muchas veces a Silent Hill y nos torturan particularmente.

En el videojuego, James mata en repetidas ocasiones a cabeza piramidal, pero solo logra acabar realmente con él cuando, después de incontables sufrimientos provocados por los sentimientos que le atormentan, consigue afrontarlos, plantarles cara y superarlos, ¿y sabes que? En ese mismo momento es acosado por varias alucinaciones, las cuales al resolver James su sufrimiento, se suicidan y se matan a si mismas…

Efectivamente nuestros peores verdugos mentales solo desaparecen cuando destruimos la causa que los ha creado, en el caso de James era la profunda culpabilidad que sentía, ¿Cuál es tu caso, que te atormenta y te ata a Silent Hill?

En el juego, todas las calles que salen del pueblo están cortadas por un abismo de oscuridad insondable, sin embargo, varios metros adelante puedes ver como la calle sigue entre la nebla profunda. Ese precipicio, esa niebla son los sentimientos que no conseguimos afrontar, pero sin embargo vemos la calle que sigue y que puede sacarnos de ahí, la percibimos, no obstante no podremos llegar a ese punto hasta que hayamos resuelto todo lo que nos anula en la mente y nos debilita colocandonos un cabeza piramidal que nos persigue allí donde vayamos.

En la vida, como le pasa a James, esos demonios que te persiguen y te encierran en tu Silent Hill particular, solo pueden ser destruidos por ti mismo porque solo tu puedes verlos, son hijos de tus actos y tus miedos, tus resentimientos, tus odios, tus frustraciones y el mal que emites y por supuesto el que recibes de los demás. La compañía de otros es una ayuda poderosa, pero ellos solo pueden darte fuerzas para que continúes luchando contra ti mismo, te pueden reubicar en tu camino cuando estas perdido del todo pero en ultima instancia el camino lo andas tú y solo tú sales de Silent Hill.

Yo también estoy perdido en Silent Hill, con poderosos demonios en mi espalda que me atacan y a veces consigo matar, pero los veo reaparecer. Es tremendo, pero se que me comprendes por que tu has estado por aquí a veces, incluso puede que estés conmigo en Silent Hill y nos hayamos cruzado más de una vez sin poder vernos, inmersos en nuestra propia pesadilla. Yo se que me ves aquí dentro y que conoces el modo de acabar con la niebla y los precipicios, oigo tu voz intentando guiarme. Aunque a veces me veas caminar en sentido contrario no lo hago por contrariarte, sino porque otra de las características del juego es que a veces cae la negrura mas terrible sobre las calles y todo se transforma en algo más infernal si cabe y vuelves a perderte. Sirve este simbolismo del juego para explicar como a veces en nuestro pesar las circunstancias te hunden aún más. Pero es tu voz la que me saca de ahí y puedo volver intentar salir.

Cada día estamos un poco más cerca de la salida, cada día los demonios aparecen menos y creo que algún día, cabeza piramidal se suicidara con su propia lanza. Entonces los precipicios se cerraran, la niebla se ira, cogere mi mochila y seguiré mi camino. Hasta que ese día llegue si necesitas encontrarme búscame en Silent Hill, estoy en el hotel Lakeside, habitación 313, no tardes.

jueves, 12 de febrero de 2009

RELICARIO Fin


La aldea india realmente estaba bien escondida, en la ladera de una las montañas mas altas del desierto había un zona llana donde se podía construir, y así fue. La tribu Orinobe escapando al asedio del hombre blanco se había buscado un sitio prácticamente inaccesible para el que no estuviera iniciado en la aldea.

La vida era apacible allí, la comunidad resolvía sus problemas pacíficamente y para los problemas serios acudían a Totomawue, el gran sabio chamán, amo de los elementos y conjurador de todo lo negativo, el único capaz de redirigir una invocación del más alto nivel.

Y en la zona más alta del llano, con vistas al increíble desierto, estaban el abuelo Kakito de 93 años de edad y el pequeño Mikio de 9 años. El anciano disfrutaba del tabaco de su pipa. Como la lengua Orinobe es increíblemente difícil de traducir, pondremos una traducción aproximada en otro color para que sea comprensible.

El abuelo le decía al pequeño, disfrutando ambos del viento calido del desierto:
- Vientuki calentuki tiki tiki pam pam.
(Oh, pequeño, cuan hermoso y cálido es el viento del desierto)
- Waki flaki arenuka en kalzonako flus flus.
(Si abuelo, que agradable es sentirlo en nuestra morena piel)
- Flosti Fros totemako koponero , tiki taka rallete en nuka nuka, ja ja ja.
(Si hijo mio, adoremos a los espiritus para ganarnos su favor, oh que divertido)
- La virgenaka, viejostis! capuchinuki pajarrako bum bum cataplum!
(Oh, anciano, no es por asustaros, pero estoy viendo un extraño ave que parece perder altura!)

-DERRAMARÉ LA SANGRE DE LOS INOCENTES EN EL NOMBRE DE BELCEBÚ!!!- Riot llevaba hablando por boca del demonio un buen rato, Matilda, cuya silla de ruedas estaba amarrada con cuerdas al cacharro volante se echaba a un lado mas metafóricamente que físicamente intentando esquivar las babas verdes que Riot escupía entre lastimeros “perdón” “lo siento” y “por poco le doy al gato jejeje” el gato por su parte no paraba de golpear una vieja sartén que había rescatado de la basura de Scrapy contra uno de los numerosos hierros del “helicóptero” su adicción no conocía limites y se dedicaba a hacerle pedorretas con la lengua a todo el que se le ponía por delante.
Scrapy estaba contento, había encontrado la aldea y pretendía aterrizar en ella, bueno donde dice “aterrizar” pongamos “perdida total de combustible” y caída en picado y “en ella” digamos “sobre un anciano y un pequeño niño.”

El anciano tiró la pipa al suelo, se arremangó la falda de su túnica y corrió dándose patadas en el culo a una velocidad que el niño no pudo igualar. El estruendoso golpe del “helicóptero” estrellándose contra el suelo hizo que el pequeño poblado saltase al unísono y salieran a ver que había ocurrido.

La escena dantesca hizo gritar de terror a más de uno, Riot se había puesto a predicar el fin de los tiempos entre babas verdes, el gato se mostraba de acuerdo con lo que decía aquel tipo tan raro y le aplaudía con las patas. Matilda escapaba en su silla de ruedas del fuego ocasionado por la chatarra voladora y Scrapy nunca había sido más feliz.

“La compañía del diablillo” intentaban explicar a los nativos la situación, el último símbolo había desaparecido totalmente de la mano de Riot y lo único que separaba la venida del maligno de la tierra eran unas cadenas sagradas, invocadas en el averno, que empezaban a romperse. Los indios se miraban entre ellos, uno de ellos le dijo a su vecino:
-Papa fritukaki, brikindans catakroker macdonald ula ula puki puki.
(Cuan extraño, no?)
-Pim pam pum tengo pistoluka, rom farm for proler klak klak lokito vieajakus rompetronic dos mil.
(Cierto amigo, cierto..)

En la cima de la montaña estaban arremolinándose unas nubes negras como los ojos de Riot, el cielo se ensombreció y la tribu al completo comenzó a bailar dándoles gracias a los espíritus por la lluvia que iba a caer, esto se prolongó hasta que una llama cayo al suelo, prendiendo fuego a las ropas de uno de los indios mas entregados al baile. El resultado fue que toda la tribu se apelotono en la casa del chamán y tras este. Riot y sus amigos también entraron en la tienda.
-Noble Totomawue, usted conoció a mi madre, ella me habló de usted.- Dijo Matilda, el Chamán escuchaba con detenimiento…
-Alguien debería traducir o algo no?
-No hace falta, te recuerdo, recuerdo a tu madre, el fuego me habló de este momento…
Fueron las palabras del Chamán, todos los indios (que seguían temblando tras el anciano) se asombraron al oír hablar en la lengua prohibida a su jefe, pero en la balanza de la sorpresa la lluvia de fuego y el poseído que hablaba con voz rara seguían ganando.
-Existe una manera, existe un ritual que podríamos llevar a cabo entre los tres, pero podría matarnos a todos.- La tierra tembló con fuerza y una lluvia de sangre negra acompañó a la ya de por si extraña lluvia de fuego, la aldea parecía estar protegida por un campo magnético que apenas podía contener la furia desatada con la venida del maligno. Unos cuernos aparecieron en al frente de Riot, el gato empezó a reírse de el, completamente bizco por los efectos de no tener cafeína en el cuerpecito. Riot ardía por dentro y solo podía ver la cara del Arconte, rompiendo las cadenas, riéndose de el.
-Ya viene- dijo- ya están aquí…
-Adelante Matilda, fue la contestación del Chamán.
Matilda entendió las palabras del chaman y se preparó para entrar en trance para volver a Las Cámaras, una última vez… Cogió la mano del anciano que empezaba a recitar palabras prohibidas, también cogió la mano temblorosa y caliente hasta un punto enfermo de Riot y le miró al vacío de los ojos.
-Ha sido divertido, me alegra haberte conocido.- Las nulas fuerzas de Riot solo le permitieron devolver una leve sonrisa a Matilda.
Podía ver a sus amigos cayendo por el túnel, las manos que antes intentaban arrancarle la piel ahora habían desaparecido, ocultas por el terror de conocer la venida de uno de los enviados predilectos de Satán. Pero la sorpresa fue mayúscula al verse adelantado en la caída por un gato que no paraba de maullar con una sartén en la mano.

Cuando recuperó el conocimiento se encontraba en las cámaras, bueno, lo que quedaba de ellas, todo el suelo había sido destruido y sustituido por lava candente en la que se ahogaban millones de almas en pena, las que llovían de las cárceles rotas que se desprendían del cielo, estaba lloviendo muerte, sangre y fuego.
El se encontraba sobre un trozo de roca flotante, a su derecha estaba en pie Matilda con alas doradas en su espalda. A su izquierda Totomawue dejó caer al suelo un pesado tótem que hizo gritar de horror a las almas en pena colindantes.
-Que carajo, si voy a morir va a ser a lo grande.
Se dibujo en la frente y en el pecho símbolos arcanos, después las manos y los brazos y no tardo en aparecer un espíritu guerrero ataviado con armas de guerra medievales que se puso delante de el, protegiéndole, con la mano alzada en señal de parar todo cuanto pretendiese acercarse, y entonces todos vieron al Arconte aparecer…

El coloso surgió de debajo de la lava en el horizonte, las cadenas ya estaban rotas y se giró para mirar fijamente a Riot y sus amigos, acto seguido comenzó a caminar a grandes zancadas por el río de fuego en dirección a ellos.

El demonio trajo a la vida a cientos de soldados muertos vivientes que avanzaron por el aire a gran velocidad. Matilda invocó a un nuevo ejército de arcángeles que se lanzaron entre risas a la batalla, deseosos de destruir el mal que había surgido de las sombras infernales.

El chamán por su parte llevaba un rato otorgándole poder a una extraña pero hipnótica roca brillante, verde como el mar, cuatro animales le protegían de los zombis que habían conseguido llegar hasta ellos, un oso, un águila, un tigre y un lobo espectrales luchaban con una fuerza colosal contra las hordas de muertos. Riot había invocado un escudo de protección mientras el guardián que tenía delante despedazaba sin piedad la carne maldita del ejército diabólico.
-Que vamos a hacer? Tus Ángeles no contendrán mucho su avance!- le gritó a Matilda.
-Tenemos que esperar a que el chamán confiera poder a la roca, es un portal, tenemos que tirársela para devolverlo a su dimensión, solo tendremos una oportunidad!
La tierra se abrió aun más para alumbrar mas zombis guerreros, el Arconte lanzó llamaradas por los ojos contra el chamán sospechando que es lo que tramaban, el guardián de Riot apartó al anciano de la trayectoria justo en el momento en que iba ser desintegrado, en vano su lobo espectral se interpuso entre su amo y el fuego, pereciendo al instante.
Los pocos ángeles soldado que quedaban intentaban repeler la sangrienta oleada de no-muertos infernales.
-Tenemos que hacerlo ya!
El anciano chamán acababa de concluir la piedra del portal.
-Lánzasela!
-Me has visto cara de jugador de baseball??- Al segundo dos ángeles lo tomaron en brazos-Otra vez no!
Riot se vio volando otra vez y esquivando fuego y espadazos gigantes, llevaba la roca en la mano, quemaba como las marcas de sus manos, pero era ahora o nunca. Cuando se elevaba una lanza demoníaca le atravesó la pierna, el dolor era insufrible y casi le hace perder el conocimiento, empezaba a perder mucha sangre y sentía que las fuerzas le estaban abandonando paulatinamente.
Matilda luchaba a duras penas con sus conjuros contra hordas de perros de la muerte, ya tenía varias heridas y el chamán apenas podía repeler los ataques al borde de sus energías.
-Este es el fin.- Decía Matilda entre las amargas lágrimas de la derrota. Mientras tanto Riot apenas podía tener la roca en sus manos, cuando estuvo lo suficientemente cerca como para ver la expresión de terror del demonio hizo acopio de sus últimas fuerzas y lanzó la roca. Esta trazo un débil arco entre las llamas y comenzó a caer en picado a pocos metros de la barbilla del gigante. Todo había fracasado, los esfuerzos habían sido en vano, una puerta brillante comenzaba a abrirse en medio de las Cámaras por donde el diablo haría su entrada triunfal en la tierra condenando a toda la humanidad…
…A menos que alguien hubiese estado lo suficientemente despierto como para saber aprovechar una oportunidad entre un millón, alguien con los reflejos tan increíblemente despiertos y desarrollados como para distinguir una roca verde entre miles y miles de rocas candentes, suena increíble, así era la expresión de Riot cuando lo vio.

Cuando estaba todo perdido una figura gatuna con maullido increíblemente alto y los ojos totalmente bizcos paso saltando a su lado con una sartén en la mano, la que uso para darle a la roca como si fuese una raqueta de tenis. La roca impulsada por toda la fuerza de que puede dar un adicto patológico a la cafeína entro directamente en la boca del Monstruo, el gato no consiguió asirse a nada y cayó a la insondable nada, donde solo vivía la muerte…

El Arconte comenzó a iluminarse, como conteniendo una luz tan poderosa que no le cabía en el interior. Pero esta encontró su camino hacia el exterior y empezó a destruirle los miembros y a rajarle la carne, hasta que con un grito ensordecedor estallo despidiendo a su alrededor a los miles de soldados que aun peleaban. Como también salieron disparados por la onda expansiva Riot y sus amigos. Lo último que vio Riot fue a Matilda cogiendo al Chaman sobre sus hombros y acercarse a el mientras todo su mundo alrededor se destruía y caía al vacío.

Hasta que lo despertó una voz desconocida…

Se sentía como si flotase entre nubes de algodón, todo olía a limpio y había calma a su alrededor, descartó rápidamente el encontrarse en su piso. Lo veía todo borroso y las cosas no paraban de dar vueltas por mucho que les pidiera que dejaran de hacerlo.
-Vaya, no esperaba que despertases tan pronto.-Una enfermera le sonreía, estaba en un hospital.
-Dónde…
-No hables, estas muy débil, llevas en coma 2 meses y 15 días, si no te hubieran traído a tiempo estarías muerto, perdiste muchísima sangre, fue un…
-Milagro.- Reconocía aquella voz, Matilda y su silla de ruedas entraron en la habitación acompañada del Chamán, sus sonrisas eran reconfortantes. Dos meses después el mundo había seguido girando, lo habían conseguido al final aunque pareciese mentira, había hecho algo bien por primera vez en su vida.
-Dónde esta Jimmy?- preguntó.
-Te lo he guardado, tranquilo, pronto te lo devolveré, ahora tienes que preocuparte solo en ponerte bien. Por cierto, Scrapy me dijo que en el lugar donde te encontró después de… bueno, después de todo, también encontró esto.
Matilda le dio una carta chamuscada, el dos de corazones… Riot sonrió
-Matilda, creo que va siendo hora de buscarme un trabajo normal.
-Creo que va siendo hora de que lo hagamos los dos…
El día brillaba con fuerza, el sol parecía querer meterse hasta dentro de los cajones. Probablemente el mundo nunca se enteraría de lo que había pasado, probablemente nunca salvo ellos cuatro supieran jamás que todo estuvo a punto de irse a la ruina, pero 3 amigos y un gato adicto consiguieron salvar al mundo un poco de tiempo más. Daba igual, todo estaba bien, eso era normal y la normalidad era lo único que Riot pedía, eso y un poco de pizza barbacoa, así que apretó el botón de la cama del hospital.

A miles de kilómetros de allí, en un bar pequeño en España, en la provincia de Sevilla, Manuel atendía como podía la barra del bar, era domingo y el sitio estaba lleno a rebosar. Al borde del colapso total le gritó a uno de sus camareros:
-Niño! Recoge las mesas de fuera que están esperando para sentarse…

…Y por Dios, que alguien se lleve a este puto gato de aquí que no para de arañar la palanca de la maquina del café!

lunes, 9 de febrero de 2009

RELICARIO cuarta parte


Riot y Matilda habían aparcado su coche en el kilómetro 34 de la principal carretera de Nevada, se encontraban en pleno desierto.

Era el único sitio donde se podía encontrar a Scrapy, porque Scrapy había decidido hacía 60 años desaparecer de la ciudad e irse a lo profundo del desierto para poder llevar a cabo sus experimentos.

Scrapy era un loco de la mecánica, el había inventado el teléfono de dos auriculares para multillamadas, el coche con tracción a las 6 ruedas o el martillo a pilas entre otros muchos inventos, es lo que tiene tener 120 años, que te da tiempo para crear cosas. Pero Scrapy no parecía tener 120 años, no le echarías mas de 60, esto es por que era un diablo.

En el infierno Scrapy se dedicaba a trabajar en los hornos, pero el era un bohemio y prefería experimentar la “no-vida”, así era hasta que descubrió la vida real, entonces poseyó un cuerpo y lo explotó como si fuese un robot de cocina. Riot y el se llevaban bien, el debía se exorcizado así lo pidió la comunidad de seguidores pues Scrapy fue a poseer a uno de los Gurús de una de las sectas mas influyentes en el mundo, una secta anti-satánica. Pero a pesar de todo Scrapy era un genio y podía construir artilugios de lo más variopintos en muy poco tiempo debido a su resistencia infinita. Uno de esos artilugios era el Scrapy-coptero de 3 hélices ™ su obra maestra, capaz de volar a gran velocidad, a grandes alturas, para luego bajar a gran velocidad, desde grandes alturas y pegarte hostias grandes como panes de pueblo. Y Riot sabía que lo tenía, era el único modo para acceder a la aldea oculta en las montañas en un tiempo decente, solo quedaba un símbolo en su mano, el tiempo se estaba acabando…

-Seguro que este es el sitio?- A Matilda empezaba a extrañarle tanto cactus y tanta arena, se había traído a su gato. El pobre animal no paraba de temblar, Riot no sabía por qué…
-Tranquila, es un adicto a las entradas espectaculares, ves aquella nube de humo que se acerca por el horizonte?- efectivamente una nube de polvo se había levantado a varios cientos de metros y se acercaba a gran velocidad, se trataba de Scrapy subido al Scrapy-móvil ™ propulsado por cartón piedra y aceite de jirafa. El principal fallo de la máquina era que no tenía frenos, A ser un diablo no podía morir, al menos no en este mundo, así que disfrutaba de todos los golpes que se daba, cuanto mas fuertes mejor. Sin ir mas lejos antes de llegar hasta ellos, el anciano de abundante barba blanca tiró del freno de mano con todas sus fuerzas resultando la gracia en numerosas vueltas de campana del vehículo con el dentro.
Riot apartó la silla de ruedas de Matilda justo a tiempo para evitar que fuese aplastada. El coche y el anciano muerto de risa pasaron volando sobre ellos cada uno por su lado y se estrellaron contra sus respectivas rocas. Matilda al recuperarse le lanzó un ladrillazo que fue a parar la espalda del demonio, que solo le provocó una risas más histéricas, desde su silla de ruedas le amenazaba levantando el puño, el gato la imitaba maullando y amenazando con la pezuña.
-Hola Scrapy….

El coche o lo que quedaba de el avanzaba a duras penas por el desierto. Las voces del interior de Riot le torturaban cada vez con más fuerza y rostro comenzaba a asumir un tono blanquecino muy próximo a la muerte. Aquello le llamaba la atención a Scrapy que no paraba de preguntar cada 20 minutos si se había muerto ya, veía el cuerpo de Riot como una recompensa por todo lo que le había hecho pasar el exorcista.

Matilda realizaba pequeñas invocaciones para contener a la bestia, una vez se hubiera borrado el último símbolo solo atarían al demonio las cadenas que habían invocado y que no resistirían mas de 40 minutos. Los minutos extra que necesitaban para llegar hasta el chamán.
Finalmente llegaron a la casa campamento de Scrapy.
-Me honra que hayáis pensado en mí para vuestra absurda aventura.
-Te conviene que esto salga bien Scrapy o tendrás que reparar tuberías de lava hirviendo para toda la eternidad.
-Lo se, por eso quiero ayudaros, por eso os llevare en…. EL SCRAPY-CÓPTERO ™
Riot dio un trago a Jimmy mientras evitaba las garritas del gato de Matilda, el cual se preguntaba si esa petaca tendría algo de cafeína dentro.
El vehículo volador permanecía en el centro del garaje, como consciente de la expectación que levantaba y como si lo disfrutase. No obstante no dejaba de ser un incomodo amasijo de cables y baterías conectado a un mugriento deposito de combustible mal cerrado, aquello le daba mas posibilidades de estrellarse, eso entusiasmaba a Scrapy.
-Recuerda que nosotros si que morimos.
-Lo tengo presente, tranquilos. Que hace la vieja?
Matilda estaba bendiciendo el aparato. Scrapy empezó a echar humo por las barbas.
-Que me quemo! Que me quemo!!
-Matilda para!
-Uy perdón, olvidaba que era del otro bando lo siento…- Su gato la imitaba maullando y gesticulando con las patas.
-Gracias… a ver, se de que aldea me habláis, esta oculta sobre la ladera de la montaña Tupakaba. Tardaremos una hora mas o menos.
-No tenemos mucho tiempo…
-Una hora si volamos a tope de potencia… esto… Riot, dime que esos ojos que tienes ahora son por culpa del estrés.- Matilda dio un respingo en su silla de ruedas.
Riot tenia los globos oculares completamente negros, pero no de un tipo de negro normal, sino del tipo de negro que hizo el primer negro, un negro mas negro que el propio concepto de negro. Suspiro acariciando el dos de corazones…
-Nos vamos?- el ultimo símbolo casi había desaparecido.

INVIERNO


Allí entre la maleza dormida
Con tenue piel blanca,
Selene se admira sumida
Entre sueños de plata.

Durante tres vidas la dama perdida
Sus penas y alegrías canta,
Sobre un camino de tenue dorado
Que a la oscuridad espanta.

¡Ay señora! el otro día te vi desaparecer
Con el poniente,
Temiendo perecer, por el sol marchita
Y doliente.

¡Ay Venus, niña de la mar salada,
que atraviesas las orillas
como al corazón la espada!

Tu que eres el espejo de esas mejillas apagadas,
recuérdale a la dama perdida
con su vela encendida
que me traiga aquel sueño que tanto se parece a la vida
que me robó mientras soñaba, allí entre la maleza dormida...

domingo, 8 de febrero de 2009

RELICARIO tercera parte


El gato de Matilda estaba intentando dejar de flipar. La habitación no paraba de darle vueltas porque su cerebro de gato era incapaz de procesar toda la información que le estaba llegando debido al exceso de cafeína y un dolor de cabeza estaba haciéndose hueco entre todas las sensaciones como si fuera un luchador de Sumo.
Observaba la escena con suma atención a su ama aparentemente dormida y al visitante desconocido que estaba comatoso delante de ella. Cuando se hubo aburrido volvió cerca de la cafetera, quizás un chute mas le hiciera desaparecer el mono, empezaba a sentirse agresivo.

Y mientras tanto… en una de las partes más jodidas del infierno…

-EN EL NOMBRE DE MEPHISTO, POR LA SANGRE DEL ANGEL PRIMIGENIO PADRE DE LA BONDAD DEL SUFRIMIENTO Y LA PURIFICACIÓN DEL FUEGO!
-Matilda em… es normal que sea TAN GRANDE?!- El demonio movía en círculos la espada sobre su cabeza invocando una lluvia de piedras de fuego que empezaba a destruirlo todo a su paso, mientras tanto Matilda sacaba su libro y comenzaba a levitar hablando en lenguas desconocidas cuya sonoridad provocaban las más lucidas pesadillas. Desde detrás de la pareja apareció un ejército de ángeles armados para la guerra, levemente transparentes pero relucientes en su azul brillo, todos arrodillados esperando la orden de Matilda.
-Si que lo sabía, pero se supone que tu también si no fueras un desastre. Enviados de San Pedro, volad hasta el maligno y bendecidlo con la purificación divina!- una sonrisa pacificadora ilumino el rostro de los Ángeles que volaron decididos, ígnea espada en mano, hacia el arconte. Muchos perecieron bajo la lluvia de fuego, muchos murieron por el aliento de fuego del demonio y los pocos que quedaron con vida a duras penas podían contener el poderoso ataque del diablo.
-No tenemos mucho tiempo Riot! Invocare las cadenas pero tienes que intentar neutralizarlo!
-Pero cómo! Estas borracha! Has visto el tamaño de esa cosa?!- Matilda volvió a hablar en el idioma secreto y dos ángeles mas aparecieron a su lado.
-Vuela hasta su frente y realiza un exorcismo de máximo nivel, eso me dara un poco de tiempo!
-Y una mier…!- pero los ángeles vuelan rápido y antes de terminar la frase ya estaba a mas de 50 metros del suelo. Riot planeaba rodeando a la bestia trazando círculos mientras no paraba de gritar hasta quedarse sin voz. Las bolas de fuego pasaban rozándole y el calor le abrasaba por completo. Había llegado la hora de ponerse a currar así que se rompió la camisa roja de la suerte y se dibujó un complejo dibujo sobre el pecho, cuando este comenzó a brillar el fulgor escapaba también por su boca y ojos. Uno de los ángeles que llevaban a Riot cayó abatido por un compañero recién alcanzado por la hoja del demonio y Riot comenzó a caer. Cuando el suelo se acercaba peligrosamente otro de los ángeles lo recogió y volvió a subirlo, Matilda estaba teniendo serios problemas para realizar la invocación y parecía estar al borde de sus fuerzas. Riot invocaba el exorcismo mas poderoso que conocía, podía costarle la vida pero era lo único que no haría cosquillas a aquella cosa.
Poco antes de llegar a su frente el diablo reparo en el y escupió ácido. En una maniobra imposible los ángeles consiguieron apartarle de la muerte segura y lo pusieron frente al esbirro de Satán, visiblemente enfurecido.
- EL MUNDO SERA DESTRUIDO, PERO TU, TU SERAS MI PUTA PARTICULAR DURANTE TODA LA ETERNIDAD!
-Que me chupes el pie!- Riot poso la mano sobre la ardiente frente del monstruo y el calor le provocó diversas quemaduras, la explosión que provocó el exorcismo lanzo despedidos a los ángeles, las rocas ígneas y al propio Riot, éste sintió como algo se deslizaba de su vieja chaqueta- Jimmy!!- a duras penas fue recogido por uno de los pocos ángeles que quedaban y depositado en el suelo con dificultad.

En ese justo momento Matilda terminaba la invocación y miles de cadenas blancas como la nieve aparecieron desde el suelo y volaron hacia las alturas rodeando al Leviatán. La pureza de su nueva prisión estaba haciendo arder al demonio cuyas convulsiones estaban destruyendo el Castillo infernal, Matilda cayó al suelo inconsciente.

Una de las torres del castillo se desprendió y se dirigía al punto en que la mujer yacía, Riot apenas podía moverse e intentó arrastrarse para salvar la vida de la bruja pero la torre ya estaba sobre ella. En ese preciso instante Riot escuchó un grito potente a su espalda, y el alma en pena que antes espantaran apareció corriendo y de un empujón retiro a la mujer de la muerte. El impacto de una de las rocas fue tan bestial que acabó con el… otra vez.
Aquello alegro a Riot, con su sacrificio aquel ser se había ganado la entrada al cielo y ya no volvería a ser un alma en pena. Se acercó a el para taparle el rostro.
-Un momento…- Vio brillar algo en los harapos del maltrecho individuo – Pero será cabron!- era la petaca de Riot lo que brillaba.

Las cadenas eran como enredaderas alrededor de un inmenso tronco rojizo, un tronco maldito y humeante que no paraba de gritar de un modo que hacía temblar los mismos cimientos de aquel horrible universo. El demonio había sido apresado, aquello les permitiría ganar unas preciadas horas para llegar hasta el chamán. Riot era feliz, había conseguido lo que quería, había recuperado a Jimmy y le juró que nunca se separarían de nuevo, tras darle un trago se arrastró hasta Matilda.
-Lo hemos conseguido…
-Por ahora… tenemos que salir de aquí… Riot, tu mano…
La mano le ardía, el penúltimo símbolo acababa de desaparecer, solo un carácter más y se produciría el Apocalipsis.
-Esto va más rápido de lo que pensaba.
Un fuerte dolor le sacó de sus cavilaciones, se miró la mano, algo acababa de arañarle.
-Que demonios??- otro arañazo y perdió el conocimiento. Volvió a caer por el mismo túnel, bueno no exactamente a caer, a caer hacia arriba, es decir, bueno a subir.

Y lo primero que vio fue la cara de un gato mordiéndose el labio inferior, totalmente bizco con un lazo rosa en la cabeza.
-Santa Maria pero como te has atado el lazo sin pulgares- el gato maulló unos segundos, lo que vendría a traducirse como un “yo que coño se no tendrás un poco de café por ahí no?” Poco después fue Matilda la que se despertó.
-Tenemos que ir a Nevada, pero a una velocidad absurda…- Riot escucho a Matilda.
-Conozco a una persona…
-A un piloto?
-Bueno…mas o menos… Tu no tienes problemas con la edad de la gente verdad?
-A que te refieres.- Riot dio un trago de Jimmy y buscó un viejo número en su agenda.
-Me refiero a que nuestro chofer tiene 120 años.

jueves, 5 de febrero de 2009

RELICARIO segunda parte


-Eres un mamón, no tienes huevos para contenerme, mi llegada estaba anunciada, niña virgen o exorcista de nivel alto, me da igual, las fuentes de poder son parecidas y me nutrirán igualmente.
-CALLA HIJO DE PUTA!!- una anciana que paseaba a una perrita por la calle se espantó del grito de Riot y echó a trotar calle abajo pidiendo socorro. Las voces en su cabeza le estaban taladrando hasta la médula, le estaban martilleando los sesos, se sentía como si pesara el doble.

Si tu mayor preocupación es donde ir a tomar café, o como te saldrá un examen tu no tienes un problema. Tienes un problema cuando encierras a un cartero de Satanás en la cabeza con un paquete bomba a punto de estallar, eso si que es un problema y Riot tenía una oficina de correos en el cerebro. Cuando tienes un atasco en las cañerías llamas a un fontanero, pero a quién llamas cuando tienes un atasco demoníaco…
-No! otra vez no! aléjate de mi animal de granja con complejo de cazafantasmas!- Exactamente, Matilda era la respuesta a esa pregunta.
-Matilda espera! No me dejes tirado ahora te necesito más que nunca.- Riot intentaba alcanzar a la mujer que pretendía huir al verlo aparecer por la esquina. Era una mujer de unos 50 años, de esas que aparentan tener 80 pero pueden mostrar la vitalidad de una de 20, iba en silla de ruedas y se había propuesto quemar rueda antes que volver a tratar con Riot.
-La última vez estuve 1 mes en coma por tu culpa!
-Yo no sabía que tenía un alma en pena aquel tipo, yo solo hice mi trabajo! Deja de correr por dios no puedo con mis almas…- A duras penas esquivó un ladrillo que la mujer se sacó de la falda, no en vano era apodada “la vieja del ladrillo” y temida por ello mismo.
-Pues yo si que me enteré de lo que tenías, me arrastró al limbo y me estuvo llorando 30 días! Nunca mas!- se detuvo súbitamente en la acera que daba a su casa- Me cago en la política de minusválidos de ésta maldita ciudad.- Riot consiguió alcanzarla, jadeante la ayudo a subir el bordillo.
La mujer se le quedo mirando con cara de resignación, no le quedaban ladrillos, un gato negro los observaba con atención desde una de las ventanas que daba a la calle.
-Esta bien, pasa adentro.- Al entrar en la habitación Riot tuvo la misma sensación que siempre tenía cuando entraba en la casa de Matilda, la de entrar en una tienda de bruja de feria. A Matilda le encantaba el fetichismo y tenía adornado el salón con todo tipo de calaveras, muñecos de trapo, paños de colores y símbolos astrológicos. Daba la impresión al entrar de que cientos de personas no dejaban de mirarte. Varias velas, verdes, naranjas, rojas, blancas, grises o azules iluminaban tenuemente el lugar. Matilda se acomodó cerca de una mesa que soportaba una baraja del tarot y una bola de cristal, puso la maquina de café apartando al gato negro que dormía placidamente junto a ella.
- Siéntate.- Le dijo a Riot mientras ordenaba unos cuantos de ladrillos y se metía uno en la falda. Riot se sentó en un exótico sillón que simulaba estar fabricado con huesos. Matilda se le acercó y le puso las manos en la cabeza y acercó sus ojos a escasos centímetros de la cara de Riot, resopló y se dejó caer sobre su silla de ruedas.
-Estas bien jodido, sabes lo que tienes ahí dentro?
-Lo se, no para de recordármelo, y mira esto…- le enseñó la mano, donde antes habían 5 caracteres ya solo quedaban 3.- esto es una cuenta atrás.
-Si, la había visto en otra ocasión.
-Y cómo lo deshiciste?- la mirada de Matilda hablaba por si sola.
-No pueden deshacerse, lo lamento.
Riot acarició a Jimmy y le dio un buen trago con cara inexpresiva pero sin dejar de mirar a la mujer, después le dijo con la misma no-expresión:
-Sabes que pasará si sale no?
-Básicamente que todo se va al carajo.- Riot le explicó como había llegado el Arconte a su interior.
-No se, por la cuenta que nos trae a todos deberíamos solucionar esto.- El gato empezó a lavarse la cara cerca de la cafetera.
-Solo podríamos hacer una cosa, bueno dos cosas.- Movió la silla hasta un libro probablemente más antiguo que el demonio que Riot llevaba dentro, lo ojeo un rato con sus anteojos y finalmente lo cerró, con tanta fuerza que el gato saltó asustado dentro de la cafetera ingiriendo gran parte del líquido, sacó la cabecita de la cafetera mordiéndose el labio inferior con los ojos abiertos de par en par.
-Existe en una antigua colonia india, muy al oeste de aquí un antiguo chaman, todavía con vida. El puede volver a encerrar al demonio en el infierno, pero sus fuerzas ya no son lo que eran, antes de que pueda devolverlo tenemos que encadenarlo.
Riot seguía con la misma mirada perdida y cara inexpresiva, volvió a oír cientos de voces en la cabeza y la mano le ardía, al mirársela pudo ver como otro de los caracteres desaparecía, solo dos mas y empezaría la fiesta de los monstruitos. Volvió a dar un trago de Jimmy, mientras tanto algo parecido a “i love you” se escuchaba sin cesar en la estantería, cerca de la cafetera.
-Tenemos que entrar dentro- dijo Matilda – no nos queda mucho tiempo.- Riot que no paraba de mirarse la mano, ahora con un atisbo de susto en la cara, asintió dos veces.
-Como lo haremos?
-Sencillo, voy a poseerte yo tb.
-Claro por que no? últimamente soy como el corte ingles aquí entra el que quiere.- La estantería de la cafetera ahora empezaba a temblar, el murmullo continuaba.
-Al entrar voy a llevarte conmigo, entraremos en las cámaras. Las cámaras son un lugar entre el infierno y la tierra donde esperan los demonios, tanto los que entran como los que salen, encontraremos al bicho y lo encadenaremos. Allí tus poderes son más fuertes aprovéchalo, y claro, si morimos allí…
-También la diñamos aquí, lo se. Pero o lo hacemos o…- Se calló de repente porque nunca había visto a un gato bizco mordiéndose el labio inferior bailando algo parecido al baile del pañuelo sobre la mesa “mirándolo” fijamente.
-Esto que hace es normal?-Matilda lo apartó de en medio con un ladrillo.
-No le hagas caso, eso es lo que quiere. Voy a preparar un brebaje.- Matilda se metió en una habitación pequeña en una esquina de la sala, tras trastear con varios ingredientes desconocidos para el común de los mortales y los gatos con cafeína intra-venosa. Le dio un poco a Riot que se la tomó tras decirle a Jimmy que no era lo que parecía, y Matilda se tomó el trago más grande. Riot se sentía normal, no sentía nada especial, así durante un minuto.
-Pues la verdad es que no nota nada ra…- No le dio tiempo a terminar cuando se vio a si mismo cayendo por un túnel oscuro lleno de manos grises que pretendían arrancarle la piel a tiras, tras un largo rato de insufrible agonía su cuerpo maltrecho fue a dar a una pila de escombros, cuando se felicitaba a si mismo por sobrevivir le cayó encima Matilda.
La mujer se levantó, podía andar perfectamente y el cuerpo de Riot tras chequearse a si mismo hizo como se levantaba también, echó un vistazo largo a su alrededor.
-Así que estas son las cámaras?- Por doquier millones de cárceles negras quedaban suspendidas del rojo cielo por medio de cadenas mohosas que sujetaban la prisión con garfios. Incontables almas gritaban y lloraban dentro de las cámaras y bajo ellas una ciudad destruida con todos los edificios en llamas, provocadas por la lluvia de fuego que asolaba el lugar. Matilda se acercó a el con un gran libro en las manos, no se había dado cuenta de que era casi tan alta como el.
-Este libro dice que los Arcontes tienen sus propios salones en los castillos de la ciudad, seguramente solo haya un castillo porque nunca se mas de un demonio de tal poder a la vez.
-Pues entonces no tenemos tiempo que perder.
-Las cadenas no lo retendrán eternamente por supuesto, solo un tiempo corto en el que tendremos que ir a por el chaman.
-No se hable más, vayamos de castillitos.
Emprendieron la marcha entre los escombros, Riot empezó a dibujarse los signos de poder en la mano cuando oyeron moverse algo entre las sombras de un edificio. Riot hizo brillar los símbolos de su mano, listo para descargar la energía a medida que se iba acercando a la puerta del edificio.
-Sal engendro!
-No soy un engendro, soy sensible tengo sentimientos!!!
Aquella no era la respuesta que Riot esperaba en absoluto por eso solo le salió tartamudear un tímido “¿cómo?”.
La figura apareció del interior, era un hombre de unos cuarenta años, muy delgado, como si fuese un naufrago con una gran barba descuidada y ropas harapientas, al verlo Matilda ahogó un grito de espanto.
- Ni de coña.- Matilda cogió el libro y empezó a caminar con prisas calle abajo.
- Matilda!!!.- Parecía que se conocían.- Tengo tanto que llorarte no me dejes aquí!- Riot supuso que era el alma en pena que la había mantenido en coma durante un mes, al parecer quería pasar con ella otro mesecito. Un ladrillo voló por los aires y el alma en pena se transformo en el alma corredora de fondo.

Tras conseguir despistar al alma en pena un rato, y destruir un par de demonios menores finalmente vieron en el cielo los torreones terribles de un castillo negro hecho de carne y acero. Los cuerpos de seres torturados servían de masilla para macabra arquitectura de los ángeles caídos.
-Aquí es.- Matilda empezó a invocar al arconte para que apareciese por la puerta del castillo.- Prepárate por que aquí viene.- Riot acarició el dos de corazones con fuerza y dio un trago de Jimmy, Unos temblores gigantescos sacudieron el castillo, acompasados, como pasos…
-Santa Maria madre de…
- DIOS?
Imagina una forma humanoide de unos 150 metros de altura, con seis alas apareciendo de una puerta descomunal un cuchillo chorreante de sangre candente en la temible garra y los ojos de fuego taladrándote el alma.
-HABEIS VENIDO A MI CASA A RETARME, AHORA PAGAD EL PRECIO.

-…Dios…

martes, 3 de febrero de 2009

RELICARIO primera parte


Riot se despertó tres veces, y a la que hizo cuatro intentó levantarse. Le dolía el cuerpo, le ardía, debido a la noche anterior. Intentó sacar la pierna entre las mantas con tan mala suerte que fue a encontrarse con la pata de su vieja mesilla de trabajo, la destartalada mesa se vino abajo con un crujiente “gracias”, pero no fue ese crujir el que le despertó casi súbitamente, sino el otro, el del recién estrenado (y todavía sin pagar) Macintosh que se había presentado formalmente con el sucio suelo del mugriento y sin embargo acogedor piso.
-Joder, que pedazo de día, esto promete.- Y no se equivocaba. Entre la niebla post alcohólica intentó llegar sin un éxito certero hasta el cuarto de baño para lavarse la cara. El agua estaba helada porque la calefacción no funcionaba en condiciones, entre otras cosas porque no se la había pagado a Tomas, el viejo casero.

Y hablando del rey de Roma, Riot se lo encontró bajando las escaleras mientras se arreglaba la camisa roja, era su camisa de la suerte pero no era su amuleto más poderoso, ese lo guardaba en su cartera a buen resguardo junto a cinco dólares y una foto de su hijo.
-Riot!
-Hoy no estoy de humor, no me eche la bronca porque podría hacerle rodar escaleras abajo, si no lo he hecho ya es solo porque soy demasiado guapo para salir en los periódicos…
-Págame lo que me debes! Y no me vengas otra vez con lo de la prostitución porque no voy a darte nada a cambio de sexo, esa broma a mi mujer ya no le hace gracia!
Riot le soltaba excusas incoherentes a medida que intentaba escurrirse por la puerta del edificio y una vez lo logró empezó a caminar calle abajo.

La ciudad en la que vivía era pequeña, bueno ni muy pequeña ni muy grande, era una de esas ciudades “acogedoras” donde la gente podía matarte dos veces, una con la mirada y otra con la pistola si se la devuelves. Pero tenía cierto encanto, tenía ese color verdoso tan “cool” que proporciona una polución bien trabajada y aquello le recordaba a los filtros de la película Matrix, y a Riot le encantaba esa película, excepto la parte del arquitecto por que en su tímida y estupida juventud pensaba que para entenderla correctamente necesitabas colocarte de acido, el lo hizo y nunca olvidara a ese hombre vestido de blanco intentando salir de la pantalla para hacerle aprender la tabla del 9 a base de cuchillazos… nunca mas, no gracias… no gracias.

Se sacó de la cartera un trozo de papel sucio, amarillento, mal escrito en el que se adivinaba más que se leía una dirección “calle 3, Simple Road Avenue, sin número.” No solía trabajar tan temprano, solo eran las 11 de la mañana y todavía tenía un ejército de enanitos bailando en su cerebro hasta casi destrozárselo, así que sacó su petaca de tequila y se dio un pequeño homenaje para celebrar lo solo que se sentía y lo jodido que estaba también. Pidió un taxi, el tipo que paró era latino y le hablaba en un lenguaje incomprensible, pero no le prestó demasiada atención iba atusandose el pelo negro casi sin peinar durante todo el camino hasta llegar al destino, tras pagarle se bajo de aquel taxi que olía a cuadra y busco la casa sin número, la única casa porque se dio cuenta de que aquello era un polígono industrial y que lo único parecido a una casa se encontraba en el centro del complejo con una puerta de hierro oxidada y oscilante. La tenue luz amarillenta de una bombilla que daba espasmos pre-mortem caía sobre un hombre maduro de unos 50 años con pinta de vagabundo, tenía un bastón en la mano y se lo puso en el pecho a Riot conforme se acercó a la entrada, le miró a la cara, el vagabundo no tenía ojos, solo dos parches en su lugar.
-Eres el sanador?- le preguntó el invidente.
-Si- fue la escueta respuesta de un Riot todavía un poco en “shock”.
-Cual es la palabra?- Joder, la palabra, su mente desentrenada en el arte de recordar cosas le decía que el contacto le había dicho una palabra que debía decir en la puerta para que le permitiesen entrar, pero, cuál era? Intentó recordar con todas sus fuerzas, era un animal, no! era el nombre de un actor, que va… era… era…
-Génesis?- El vagabundo le “miró” con expresión pensativa, retiró el bastón del pecho de Riot.-puedes pasar.- y así lo hizo.
Poco antes de entrar en el local, como era costumbre en el, sacó su amuleto y lo frotó dos veces, era una carta de póquer, el dos de corazones, después se la guardó y entró.

Dentro las luces eran incluso peor que en la puerta, era angosto el pasillo por el que andaba, le llamo poderosamente la atención que había mas mierda que en su piso y por algún motivo eso le hizo sentir un poco más humano. Cajas sucias llenas de objetos inválidos se amontonaban a los lados y junto a ellas varias personas. Le miraban con tristeza, muchas de ellas lloraban y gritaban amargamente, otras muy bien vestidas le miraban con aires de superioridad pero en general todas parecían impacientes. Casi tropezó con una niña pequeña que le cogió la mano y lo llevo hasta la puerta que cercenaba el pasillo y le ponía abrupto final. La puerta estaba custodiada por dos negros gigantescos con caras de pocos amigos, que al verle llegar con la niña de la mano se echaron a un lado para dejarle pasar.

Al entrar vio a una anciana, vestida con negros ropajes que le miraba inquisitivamente y a su lado y de pie un hombre de unos 40 años que observaba atribulado la figura de un niño de unos 10 años, rubio, que no paraba de estremecerse entre agónicos gritos, una chica joven, muy guapa a duras penas podía contenerlo en el suelo. Riot se acercó al niño mientras se dibujaba símbolos extraños en la mano con un carboncillo.
-Que idioma esta hablando? Parece latín pero no estoy seguro.
-Es latín antiguo.- fue la respuesta de la anciana- lleva así dos días, el se parece a usted pero el último demonio fue demasiado poderoso para el.
Riot sonrió con hastío, era el típico caso de explotación infantil, el niño era un iluminado de nivel intermedio-alto que fue captado por algún tipo de secta que se lucraba con los exorcismos que podía realizar. Pero esta vez habían ido demasiado lejos, a juzgar por las llagas y los ojos negros del crío le habían endosado a un demonio mayor y su escasa edad y entrenamiento no lo podía encerrar en si y luego expulsarlo, por lo que el engendro estaba destruyendo el alma del chaval y no estaba acomodando su cuerpecito al estilo feng sui para pasar allí una buena temporada.
-Apartaos.- el personal se echó a un lado a medida que Riot se remangaba y terminaba el dibujo de su mano, comenzó a recitar versos prohibido mientras sus ojos se ponían en blanco. Intentó posar su mano sobre la frente del muchacho pero un grito ensordecedor que rompió todos los cristales de la habitación y provocó una estampida en dirección a la calle en el pasillo provocó una onda que lo lanzó tres metros atrás contra la pared. Una voz proveniente de las cárceles más oscuras del averno salió de la boca del niño.
- No puedes tocarme, yo soy el fuego incontenible, nadie puede enfrentarse a mi, ya has perdido!
-Bla bla bla… Señor mi espalda, oh mierda!- Riot contemplo con suma tristeza como el tequila se salía de “Jimmy” su inseparable petaca.-Para ser demonio eres un poco cabrón no?
-Reza a Satán! Ángel caído!
-Chupame este pie!- Se lanzó a toda prisa con la mano extendida hacia la frente del poseído y el grito volvió a repetirse pero esta vez con una fuerza mucho más terrible, a duras penas podía avanzar Riot contra el viento que intentaba lanzarlo por los aires. Haciendo acopio de las escasas fuerzas que le quedaban avanzaba paso a paso contra la energía que pretendía proyectarlo. Los símbolos de su mano comenzaron a brillar con azules destellos y su mano comenzó a arder, finalmente con sangre en los oídos tocó la frente del muchacho y la habitación comenzó a temblar. Los presentes gritaban aterrados por la dantesca escena mientras Riot gritaba con todas sus fuerzas unas palabras instrascriptibles. Las paredes de la habitación comenzaron a mostrar símbolos arcanos geométricos que se hacían cada vez más grande. Un espantoso grito final resquebrajo las paredes de la habitación e hizo temblar el edificio que amenazaba seriamente con venirse abajo, un edificio tan antiguo no bromeaba mucho con ese tema.
El niño paró de convulsionar y sus ojos volvieron a la normalidad-Sacadle de aquí!- las palabras de Riot sonaron como desde una caverna, todavía intentando controlar al demonio que acababa de absorber en una épica lucha interior.

Un trozo de techo en su hombro izquierdo le hizo terminar el proceso lo más rápido que pudo y en cuanto recobró en el control corrió por el pasillo mientras esquivaba vigas, rocas, maderas y cajones que se venían abajo. Cuando llegó al final saltó con todas sus fuerzas para salir por la puerta a duras penas, un segundo antes de que la puerta se viniera abajo se dio cuenta de que Jimmy todavía estaba dentro, a punto estuvo de perder el brazo bajo las ruinas cuando lo estiró para sacarlo de la casa.

La anciana, el niño dormido, la niña, la joven y el hombre miraban la casa desde una distancia prudencial, después miraban a Riot apareciendo entre la nube de humo levantada por el local, dándole un trago y un besito al bueno de Jimmy. Oía un fuerte pitido pero a la hora de cobrar esas cosas siempre se le pasaban.
-Bueno… asunto resuelto. Siento lo de la casa, el demonio que tenia dentro resulto ser…- Le fue imposible acabar la frase porque un fuerte vómito de sangre se le escapó instantáneamente, aquello no había sucedido nunca, al mismo tiempo oyó unas voces en su cabeza “AHORA ERES MIO” que se acababa de meter en el cuerpo??
-Un… momento… este niño a quien le sacó el demonio?
-Era la hija de un importante banquero, tenía unos diez años y el cuerpo lleno de tatuajes.
-Tatuajes como este?- Riot controlando el punzante dolor mal dibujó unos símbolos circulares en el suelo con carboncillo.
-Si, como lo ha adivinado?
-Estoy bien jodido… esos símbolos son rituales, esta niña era la puerta para un arconte, un demonio mayor, un general para comandar una legión de demonios.
-Bueno y que importa usted ya lo ha sacado no? todo resuelto no?
Riot se miró la mano que no se había pintado, como se temía, un círculo con cinco caracteres le apareció en la epidermis, el primer carácter desapareció de repente.
-Genial… dentro de cuatro caracteres… me convertiré en un arconte y reduciré el mundo a cenizas…-

Aquello tenía su lado bueno, dentro de poco la calefacción en el planeta no iba a ser un problema.