
-Eres un mamón, no tienes huevos para contenerme, mi llegada estaba anunciada, niña virgen o exorcista de nivel alto, me da igual, las fuentes de poder son parecidas y me nutrirán igualmente.
-CALLA HIJO DE PUTA!!- una anciana que paseaba a una perrita por la calle se espantó del grito de Riot y echó a trotar calle abajo pidiendo socorro. Las voces en su cabeza le estaban taladrando hasta la médula, le estaban martilleando los sesos, se sentía como si pesara el doble.
Si tu mayor preocupación es donde ir a tomar café, o como te saldrá un examen tu no tienes un problema. Tienes un problema cuando encierras a un cartero de Satanás en la cabeza con un paquete bomba a punto de estallar, eso si que es un problema y Riot tenía una oficina de correos en el cerebro. Cuando tienes un atasco en las cañerías llamas a un fontanero, pero a quién llamas cuando tienes un atasco demoníaco…
-No! otra vez no! aléjate de mi animal de granja con complejo de cazafantasmas!- Exactamente, Matilda era la respuesta a esa pregunta.
-Matilda espera! No me dejes tirado ahora te necesito más que nunca.- Riot intentaba alcanzar a la mujer que pretendía huir al verlo aparecer por la esquina. Era una mujer de unos 50 años, de esas que aparentan tener 80 pero pueden mostrar la vitalidad de una de 20, iba en silla de ruedas y se había propuesto quemar rueda antes que volver a tratar con Riot.
-La última vez estuve 1 mes en coma por tu culpa!
-Yo no sabía que tenía un alma en pena aquel tipo, yo solo hice mi trabajo! Deja de correr por dios no puedo con mis almas…- A duras penas esquivó un ladrillo que la mujer se sacó de la falda, no en vano era apodada “la vieja del ladrillo” y temida por ello mismo.
-Pues yo si que me enteré de lo que tenías, me arrastró al limbo y me estuvo llorando 30 días! Nunca mas!- se detuvo súbitamente en la acera que daba a su casa- Me cago en la política de minusválidos de ésta maldita ciudad.- Riot consiguió alcanzarla, jadeante la ayudo a subir el bordillo.
La mujer se le quedo mirando con cara de resignación, no le quedaban ladrillos, un gato negro los observaba con atención desde una de las ventanas que daba a la calle.
-Esta bien, pasa adentro.- Al entrar en la habitación Riot tuvo la misma sensación que siempre tenía cuando entraba en la casa de Matilda, la de entrar en una tienda de bruja de feria. A Matilda le encantaba el fetichismo y tenía adornado el salón con todo tipo de calaveras, muñecos de trapo, paños de colores y símbolos astrológicos. Daba la impresión al entrar de que cientos de personas no dejaban de mirarte. Varias velas, verdes, naranjas, rojas, blancas, grises o azules iluminaban tenuemente el lugar. Matilda se acomodó cerca de una mesa que soportaba una baraja del tarot y una bola de cristal, puso la maquina de café apartando al gato negro que dormía placidamente junto a ella.
- Siéntate.- Le dijo a Riot mientras ordenaba unos cuantos de ladrillos y se metía uno en la falda. Riot se sentó en un exótico sillón que simulaba estar fabricado con huesos. Matilda se le acercó y le puso las manos en la cabeza y acercó sus ojos a escasos centímetros de la cara de Riot, resopló y se dejó caer sobre su silla de ruedas.
-Estas bien jodido, sabes lo que tienes ahí dentro?
-Lo se, no para de recordármelo, y mira esto…- le enseñó la mano, donde antes habían 5 caracteres ya solo quedaban 3.- esto es una cuenta atrás.
-Si, la había visto en otra ocasión.
-Y cómo lo deshiciste?- la mirada de Matilda hablaba por si sola.
-No pueden deshacerse, lo lamento.
Riot acarició a Jimmy y le dio un buen trago con cara inexpresiva pero sin dejar de mirar a la mujer, después le dijo con la misma no-expresión:
-Sabes que pasará si sale no?
-Básicamente que todo se va al carajo.- Riot le explicó como había llegado el Arconte a su interior.
-No se, por la cuenta que nos trae a todos deberíamos solucionar esto.- El gato empezó a lavarse la cara cerca de la cafetera.
-Solo podríamos hacer una cosa, bueno dos cosas.- Movió la silla hasta un libro probablemente más antiguo que el demonio que Riot llevaba dentro, lo ojeo un rato con sus anteojos y finalmente lo cerró, con tanta fuerza que el gato saltó asustado dentro de la cafetera ingiriendo gran parte del líquido, sacó la cabecita de la cafetera mordiéndose el labio inferior con los ojos abiertos de par en par.
-Existe en una antigua colonia india, muy al oeste de aquí un antiguo chaman, todavía con vida. El puede volver a encerrar al demonio en el infierno, pero sus fuerzas ya no son lo que eran, antes de que pueda devolverlo tenemos que encadenarlo.
Riot seguía con la misma mirada perdida y cara inexpresiva, volvió a oír cientos de voces en la cabeza y la mano le ardía, al mirársela pudo ver como otro de los caracteres desaparecía, solo dos mas y empezaría la fiesta de los monstruitos. Volvió a dar un trago de Jimmy, mientras tanto algo parecido a “i love you” se escuchaba sin cesar en la estantería, cerca de la cafetera.
-Tenemos que entrar dentro- dijo Matilda – no nos queda mucho tiempo.- Riot que no paraba de mirarse la mano, ahora con un atisbo de susto en la cara, asintió dos veces.
-Como lo haremos?
-Sencillo, voy a poseerte yo tb.
-Claro por que no? últimamente soy como el corte ingles aquí entra el que quiere.- La estantería de la cafetera ahora empezaba a temblar, el murmullo continuaba.
-Al entrar voy a llevarte conmigo, entraremos en las cámaras. Las cámaras son un lugar entre el infierno y la tierra donde esperan los demonios, tanto los que entran como los que salen, encontraremos al bicho y lo encadenaremos. Allí tus poderes son más fuertes aprovéchalo, y claro, si morimos allí…
-También la diñamos aquí, lo se. Pero o lo hacemos o…- Se calló de repente porque nunca había visto a un gato bizco mordiéndose el labio inferior bailando algo parecido al baile del pañuelo sobre la mesa “mirándolo” fijamente.
-Esto que hace es normal?-Matilda lo apartó de en medio con un ladrillo.
-No le hagas caso, eso es lo que quiere. Voy a preparar un brebaje.- Matilda se metió en una habitación pequeña en una esquina de la sala, tras trastear con varios ingredientes desconocidos para el común de los mortales y los gatos con cafeína intra-venosa. Le dio un poco a Riot que se la tomó tras decirle a Jimmy que no era lo que parecía, y Matilda se tomó el trago más grande. Riot se sentía normal, no sentía nada especial, así durante un minuto.
-Pues la verdad es que no nota nada ra…- No le dio tiempo a terminar cuando se vio a si mismo cayendo por un túnel oscuro lleno de manos grises que pretendían arrancarle la piel a tiras, tras un largo rato de insufrible agonía su cuerpo maltrecho fue a dar a una pila de escombros, cuando se felicitaba a si mismo por sobrevivir le cayó encima Matilda.
La mujer se levantó, podía andar perfectamente y el cuerpo de Riot tras chequearse a si mismo hizo como se levantaba también, echó un vistazo largo a su alrededor.
-Así que estas son las cámaras?- Por doquier millones de cárceles negras quedaban suspendidas del rojo cielo por medio de cadenas mohosas que sujetaban la prisión con garfios. Incontables almas gritaban y lloraban dentro de las cámaras y bajo ellas una ciudad destruida con todos los edificios en llamas, provocadas por la lluvia de fuego que asolaba el lugar. Matilda se acercó a el con un gran libro en las manos, no se había dado cuenta de que era casi tan alta como el.
-Este libro dice que los Arcontes tienen sus propios salones en los castillos de la ciudad, seguramente solo haya un castillo porque nunca se mas de un demonio de tal poder a la vez.
-Pues entonces no tenemos tiempo que perder.
-Las cadenas no lo retendrán eternamente por supuesto, solo un tiempo corto en el que tendremos que ir a por el chaman.
-No se hable más, vayamos de castillitos.
Emprendieron la marcha entre los escombros, Riot empezó a dibujarse los signos de poder en la mano cuando oyeron moverse algo entre las sombras de un edificio. Riot hizo brillar los símbolos de su mano, listo para descargar la energía a medida que se iba acercando a la puerta del edificio.
-Sal engendro!
-No soy un engendro, soy sensible tengo sentimientos!!!
Aquella no era la respuesta que Riot esperaba en absoluto por eso solo le salió tartamudear un tímido “¿cómo?”.
La figura apareció del interior, era un hombre de unos cuarenta años, muy delgado, como si fuese un naufrago con una gran barba descuidada y ropas harapientas, al verlo Matilda ahogó un grito de espanto.
- Ni de coña.- Matilda cogió el libro y empezó a caminar con prisas calle abajo.
- Matilda!!!.- Parecía que se conocían.- Tengo tanto que llorarte no me dejes aquí!- Riot supuso que era el alma en pena que la había mantenido en coma durante un mes, al parecer quería pasar con ella otro mesecito. Un ladrillo voló por los aires y el alma en pena se transformo en el alma corredora de fondo.
Tras conseguir despistar al alma en pena un rato, y destruir un par de demonios menores finalmente vieron en el cielo los torreones terribles de un castillo negro hecho de carne y acero. Los cuerpos de seres torturados servían de masilla para macabra arquitectura de los ángeles caídos.
-Aquí es.- Matilda empezó a invocar al arconte para que apareciese por la puerta del castillo.- Prepárate por que aquí viene.- Riot acarició el dos de corazones con fuerza y dio un trago de Jimmy, Unos temblores gigantescos sacudieron el castillo, acompasados, como pasos…
-Santa Maria madre de…
- DIOS?
Imagina una forma humanoide de unos 150 metros de altura, con seis alas apareciendo de una puerta descomunal un cuchillo chorreante de sangre candente en la temible garra y los ojos de fuego taladrándote el alma.
-HABEIS VENIDO A MI CASA A RETARME, AHORA PAGAD EL PRECIO.
-…Dios…
-CALLA HIJO DE PUTA!!- una anciana que paseaba a una perrita por la calle se espantó del grito de Riot y echó a trotar calle abajo pidiendo socorro. Las voces en su cabeza le estaban taladrando hasta la médula, le estaban martilleando los sesos, se sentía como si pesara el doble.
Si tu mayor preocupación es donde ir a tomar café, o como te saldrá un examen tu no tienes un problema. Tienes un problema cuando encierras a un cartero de Satanás en la cabeza con un paquete bomba a punto de estallar, eso si que es un problema y Riot tenía una oficina de correos en el cerebro. Cuando tienes un atasco en las cañerías llamas a un fontanero, pero a quién llamas cuando tienes un atasco demoníaco…
-No! otra vez no! aléjate de mi animal de granja con complejo de cazafantasmas!- Exactamente, Matilda era la respuesta a esa pregunta.
-Matilda espera! No me dejes tirado ahora te necesito más que nunca.- Riot intentaba alcanzar a la mujer que pretendía huir al verlo aparecer por la esquina. Era una mujer de unos 50 años, de esas que aparentan tener 80 pero pueden mostrar la vitalidad de una de 20, iba en silla de ruedas y se había propuesto quemar rueda antes que volver a tratar con Riot.
-La última vez estuve 1 mes en coma por tu culpa!
-Yo no sabía que tenía un alma en pena aquel tipo, yo solo hice mi trabajo! Deja de correr por dios no puedo con mis almas…- A duras penas esquivó un ladrillo que la mujer se sacó de la falda, no en vano era apodada “la vieja del ladrillo” y temida por ello mismo.
-Pues yo si que me enteré de lo que tenías, me arrastró al limbo y me estuvo llorando 30 días! Nunca mas!- se detuvo súbitamente en la acera que daba a su casa- Me cago en la política de minusválidos de ésta maldita ciudad.- Riot consiguió alcanzarla, jadeante la ayudo a subir el bordillo.
La mujer se le quedo mirando con cara de resignación, no le quedaban ladrillos, un gato negro los observaba con atención desde una de las ventanas que daba a la calle.
-Esta bien, pasa adentro.- Al entrar en la habitación Riot tuvo la misma sensación que siempre tenía cuando entraba en la casa de Matilda, la de entrar en una tienda de bruja de feria. A Matilda le encantaba el fetichismo y tenía adornado el salón con todo tipo de calaveras, muñecos de trapo, paños de colores y símbolos astrológicos. Daba la impresión al entrar de que cientos de personas no dejaban de mirarte. Varias velas, verdes, naranjas, rojas, blancas, grises o azules iluminaban tenuemente el lugar. Matilda se acomodó cerca de una mesa que soportaba una baraja del tarot y una bola de cristal, puso la maquina de café apartando al gato negro que dormía placidamente junto a ella.
- Siéntate.- Le dijo a Riot mientras ordenaba unos cuantos de ladrillos y se metía uno en la falda. Riot se sentó en un exótico sillón que simulaba estar fabricado con huesos. Matilda se le acercó y le puso las manos en la cabeza y acercó sus ojos a escasos centímetros de la cara de Riot, resopló y se dejó caer sobre su silla de ruedas.
-Estas bien jodido, sabes lo que tienes ahí dentro?
-Lo se, no para de recordármelo, y mira esto…- le enseñó la mano, donde antes habían 5 caracteres ya solo quedaban 3.- esto es una cuenta atrás.
-Si, la había visto en otra ocasión.
-Y cómo lo deshiciste?- la mirada de Matilda hablaba por si sola.
-No pueden deshacerse, lo lamento.
Riot acarició a Jimmy y le dio un buen trago con cara inexpresiva pero sin dejar de mirar a la mujer, después le dijo con la misma no-expresión:
-Sabes que pasará si sale no?
-Básicamente que todo se va al carajo.- Riot le explicó como había llegado el Arconte a su interior.
-No se, por la cuenta que nos trae a todos deberíamos solucionar esto.- El gato empezó a lavarse la cara cerca de la cafetera.
-Solo podríamos hacer una cosa, bueno dos cosas.- Movió la silla hasta un libro probablemente más antiguo que el demonio que Riot llevaba dentro, lo ojeo un rato con sus anteojos y finalmente lo cerró, con tanta fuerza que el gato saltó asustado dentro de la cafetera ingiriendo gran parte del líquido, sacó la cabecita de la cafetera mordiéndose el labio inferior con los ojos abiertos de par en par.
-Existe en una antigua colonia india, muy al oeste de aquí un antiguo chaman, todavía con vida. El puede volver a encerrar al demonio en el infierno, pero sus fuerzas ya no son lo que eran, antes de que pueda devolverlo tenemos que encadenarlo.
Riot seguía con la misma mirada perdida y cara inexpresiva, volvió a oír cientos de voces en la cabeza y la mano le ardía, al mirársela pudo ver como otro de los caracteres desaparecía, solo dos mas y empezaría la fiesta de los monstruitos. Volvió a dar un trago de Jimmy, mientras tanto algo parecido a “i love you” se escuchaba sin cesar en la estantería, cerca de la cafetera.
-Tenemos que entrar dentro- dijo Matilda – no nos queda mucho tiempo.- Riot que no paraba de mirarse la mano, ahora con un atisbo de susto en la cara, asintió dos veces.
-Como lo haremos?
-Sencillo, voy a poseerte yo tb.
-Claro por que no? últimamente soy como el corte ingles aquí entra el que quiere.- La estantería de la cafetera ahora empezaba a temblar, el murmullo continuaba.
-Al entrar voy a llevarte conmigo, entraremos en las cámaras. Las cámaras son un lugar entre el infierno y la tierra donde esperan los demonios, tanto los que entran como los que salen, encontraremos al bicho y lo encadenaremos. Allí tus poderes son más fuertes aprovéchalo, y claro, si morimos allí…
-También la diñamos aquí, lo se. Pero o lo hacemos o…- Se calló de repente porque nunca había visto a un gato bizco mordiéndose el labio inferior bailando algo parecido al baile del pañuelo sobre la mesa “mirándolo” fijamente.
-Esto que hace es normal?-Matilda lo apartó de en medio con un ladrillo.
-No le hagas caso, eso es lo que quiere. Voy a preparar un brebaje.- Matilda se metió en una habitación pequeña en una esquina de la sala, tras trastear con varios ingredientes desconocidos para el común de los mortales y los gatos con cafeína intra-venosa. Le dio un poco a Riot que se la tomó tras decirle a Jimmy que no era lo que parecía, y Matilda se tomó el trago más grande. Riot se sentía normal, no sentía nada especial, así durante un minuto.
-Pues la verdad es que no nota nada ra…- No le dio tiempo a terminar cuando se vio a si mismo cayendo por un túnel oscuro lleno de manos grises que pretendían arrancarle la piel a tiras, tras un largo rato de insufrible agonía su cuerpo maltrecho fue a dar a una pila de escombros, cuando se felicitaba a si mismo por sobrevivir le cayó encima Matilda.
La mujer se levantó, podía andar perfectamente y el cuerpo de Riot tras chequearse a si mismo hizo como se levantaba también, echó un vistazo largo a su alrededor.
-Así que estas son las cámaras?- Por doquier millones de cárceles negras quedaban suspendidas del rojo cielo por medio de cadenas mohosas que sujetaban la prisión con garfios. Incontables almas gritaban y lloraban dentro de las cámaras y bajo ellas una ciudad destruida con todos los edificios en llamas, provocadas por la lluvia de fuego que asolaba el lugar. Matilda se acercó a el con un gran libro en las manos, no se había dado cuenta de que era casi tan alta como el.
-Este libro dice que los Arcontes tienen sus propios salones en los castillos de la ciudad, seguramente solo haya un castillo porque nunca se mas de un demonio de tal poder a la vez.
-Pues entonces no tenemos tiempo que perder.
-Las cadenas no lo retendrán eternamente por supuesto, solo un tiempo corto en el que tendremos que ir a por el chaman.
-No se hable más, vayamos de castillitos.
Emprendieron la marcha entre los escombros, Riot empezó a dibujarse los signos de poder en la mano cuando oyeron moverse algo entre las sombras de un edificio. Riot hizo brillar los símbolos de su mano, listo para descargar la energía a medida que se iba acercando a la puerta del edificio.
-Sal engendro!
-No soy un engendro, soy sensible tengo sentimientos!!!
Aquella no era la respuesta que Riot esperaba en absoluto por eso solo le salió tartamudear un tímido “¿cómo?”.
La figura apareció del interior, era un hombre de unos cuarenta años, muy delgado, como si fuese un naufrago con una gran barba descuidada y ropas harapientas, al verlo Matilda ahogó un grito de espanto.
- Ni de coña.- Matilda cogió el libro y empezó a caminar con prisas calle abajo.
- Matilda!!!.- Parecía que se conocían.- Tengo tanto que llorarte no me dejes aquí!- Riot supuso que era el alma en pena que la había mantenido en coma durante un mes, al parecer quería pasar con ella otro mesecito. Un ladrillo voló por los aires y el alma en pena se transformo en el alma corredora de fondo.
Tras conseguir despistar al alma en pena un rato, y destruir un par de demonios menores finalmente vieron en el cielo los torreones terribles de un castillo negro hecho de carne y acero. Los cuerpos de seres torturados servían de masilla para macabra arquitectura de los ángeles caídos.
-Aquí es.- Matilda empezó a invocar al arconte para que apareciese por la puerta del castillo.- Prepárate por que aquí viene.- Riot acarició el dos de corazones con fuerza y dio un trago de Jimmy, Unos temblores gigantescos sacudieron el castillo, acompasados, como pasos…
-Santa Maria madre de…
- DIOS?
Imagina una forma humanoide de unos 150 metros de altura, con seis alas apareciendo de una puerta descomunal un cuchillo chorreante de sangre candente en la temible garra y los ojos de fuego taladrándote el alma.
-HABEIS VENIDO A MI CASA A RETARME, AHORA PAGAD EL PRECIO.
-…Dios…
Q mono en las fotos hoyga!!
ResponderEliminarNo me deja comentarlas debajo de cada una >_<
(Sandra)
Para comentar las fotos del blog tienes que tener una cuenta de Google, como la que usas para registrarte en el blog. Luego activas tu cuenta de picassa (usan la misma cuenta piccasa que google) y ya puedes comentar.
ResponderEliminarPD: A ver cuando nos registramos en el blog ¬¬
: ***
uoooooo
ResponderEliminarsta istoria promete!!!