
La aldea india realmente estaba bien escondida, en la ladera de una las montañas mas altas del desierto había un zona llana donde se podía construir, y así fue. La tribu Orinobe escapando al asedio del hombre blanco se había buscado un sitio prácticamente inaccesible para el que no estuviera iniciado en la aldea.
La vida era apacible allí, la comunidad resolvía sus problemas pacíficamente y para los problemas serios acudían a Totomawue, el gran sabio chamán, amo de los elementos y conjurador de todo lo negativo, el único capaz de redirigir una invocación del más alto nivel.
Y en la zona más alta del llano, con vistas al increíble desierto, estaban el abuelo Kakito de 93 años de edad y el pequeño Mikio de 9 años. El anciano disfrutaba del tabaco de su pipa. Como la lengua Orinobe es increíblemente difícil de traducir, pondremos una traducción aproximada en otro color para que sea comprensible.
El abuelo le decía al pequeño, disfrutando ambos del viento calido del desierto:
- Vientuki calentuki tiki tiki pam pam.
(Oh, pequeño, cuan hermoso y cálido es el viento del desierto)
- Waki flaki arenuka en kalzonako flus flus.
(Si abuelo, que agradable es sentirlo en nuestra morena piel)
- Flosti Fros totemako koponero , tiki taka rallete en nuka nuka, ja ja ja.
(Si hijo mio, adoremos a los espiritus para ganarnos su favor, oh que divertido)
- La virgenaka, viejostis! capuchinuki pajarrako bum bum cataplum!
(Oh, anciano, no es por asustaros, pero estoy viendo un extraño ave que parece perder altura!)
-DERRAMARÉ LA SANGRE DE LOS INOCENTES EN EL NOMBRE DE BELCEBÚ!!!- Riot llevaba hablando por boca del demonio un buen rato, Matilda, cuya silla de ruedas estaba amarrada con cuerdas al cacharro volante se echaba a un lado mas metafóricamente que físicamente intentando esquivar las babas verdes que Riot escupía entre lastimeros “perdón” “lo siento” y “por poco le doy al gato jejeje” el gato por su parte no paraba de golpear una vieja sartén que había rescatado de la basura de Scrapy contra uno de los numerosos hierros del “helicóptero” su adicción no conocía limites y se dedicaba a hacerle pedorretas con la lengua a todo el que se le ponía por delante.
Scrapy estaba contento, había encontrado la aldea y pretendía aterrizar en ella, bueno donde dice “aterrizar” pongamos “perdida total de combustible” y caída en picado y “en ella” digamos “sobre un anciano y un pequeño niño.”
El anciano tiró la pipa al suelo, se arremangó la falda de su túnica y corrió dándose patadas en el culo a una velocidad que el niño no pudo igualar. El estruendoso golpe del “helicóptero” estrellándose contra el suelo hizo que el pequeño poblado saltase al unísono y salieran a ver que había ocurrido.
La escena dantesca hizo gritar de terror a más de uno, Riot se había puesto a predicar el fin de los tiempos entre babas verdes, el gato se mostraba de acuerdo con lo que decía aquel tipo tan raro y le aplaudía con las patas. Matilda escapaba en su silla de ruedas del fuego ocasionado por la chatarra voladora y Scrapy nunca había sido más feliz.
“La compañía del diablillo” intentaban explicar a los nativos la situación, el último símbolo había desaparecido totalmente de la mano de Riot y lo único que separaba la venida del maligno de la tierra eran unas cadenas sagradas, invocadas en el averno, que empezaban a romperse. Los indios se miraban entre ellos, uno de ellos le dijo a su vecino:
-Papa fritukaki, brikindans catakroker macdonald ula ula puki puki.
(Cuan extraño, no?)
-Pim pam pum tengo pistoluka, rom farm for proler klak klak lokito vieajakus rompetronic dos mil.
(Cierto amigo, cierto..)
En la cima de la montaña estaban arremolinándose unas nubes negras como los ojos de Riot, el cielo se ensombreció y la tribu al completo comenzó a bailar dándoles gracias a los espíritus por la lluvia que iba a caer, esto se prolongó hasta que una llama cayo al suelo, prendiendo fuego a las ropas de uno de los indios mas entregados al baile. El resultado fue que toda la tribu se apelotono en la casa del chamán y tras este. Riot y sus amigos también entraron en la tienda.
-Noble Totomawue, usted conoció a mi madre, ella me habló de usted.- Dijo Matilda, el Chamán escuchaba con detenimiento…
-Alguien debería traducir o algo no?
-No hace falta, te recuerdo, recuerdo a tu madre, el fuego me habló de este momento…
Fueron las palabras del Chamán, todos los indios (que seguían temblando tras el anciano) se asombraron al oír hablar en la lengua prohibida a su jefe, pero en la balanza de la sorpresa la lluvia de fuego y el poseído que hablaba con voz rara seguían ganando.
-Existe una manera, existe un ritual que podríamos llevar a cabo entre los tres, pero podría matarnos a todos.- La tierra tembló con fuerza y una lluvia de sangre negra acompañó a la ya de por si extraña lluvia de fuego, la aldea parecía estar protegida por un campo magnético que apenas podía contener la furia desatada con la venida del maligno. Unos cuernos aparecieron en al frente de Riot, el gato empezó a reírse de el, completamente bizco por los efectos de no tener cafeína en el cuerpecito. Riot ardía por dentro y solo podía ver la cara del Arconte, rompiendo las cadenas, riéndose de el.
-Ya viene- dijo- ya están aquí…
-Adelante Matilda, fue la contestación del Chamán.
Matilda entendió las palabras del chaman y se preparó para entrar en trance para volver a Las Cámaras, una última vez… Cogió la mano del anciano que empezaba a recitar palabras prohibidas, también cogió la mano temblorosa y caliente hasta un punto enfermo de Riot y le miró al vacío de los ojos.
-Ha sido divertido, me alegra haberte conocido.- Las nulas fuerzas de Riot solo le permitieron devolver una leve sonrisa a Matilda.
Podía ver a sus amigos cayendo por el túnel, las manos que antes intentaban arrancarle la piel ahora habían desaparecido, ocultas por el terror de conocer la venida de uno de los enviados predilectos de Satán. Pero la sorpresa fue mayúscula al verse adelantado en la caída por un gato que no paraba de maullar con una sartén en la mano.
Cuando recuperó el conocimiento se encontraba en las cámaras, bueno, lo que quedaba de ellas, todo el suelo había sido destruido y sustituido por lava candente en la que se ahogaban millones de almas en pena, las que llovían de las cárceles rotas que se desprendían del cielo, estaba lloviendo muerte, sangre y fuego.
El se encontraba sobre un trozo de roca flotante, a su derecha estaba en pie Matilda con alas doradas en su espalda. A su izquierda Totomawue dejó caer al suelo un pesado tótem que hizo gritar de horror a las almas en pena colindantes.
-Que carajo, si voy a morir va a ser a lo grande.
Se dibujo en la frente y en el pecho símbolos arcanos, después las manos y los brazos y no tardo en aparecer un espíritu guerrero ataviado con armas de guerra medievales que se puso delante de el, protegiéndole, con la mano alzada en señal de parar todo cuanto pretendiese acercarse, y entonces todos vieron al Arconte aparecer…
El coloso surgió de debajo de la lava en el horizonte, las cadenas ya estaban rotas y se giró para mirar fijamente a Riot y sus amigos, acto seguido comenzó a caminar a grandes zancadas por el río de fuego en dirección a ellos.
El demonio trajo a la vida a cientos de soldados muertos vivientes que avanzaron por el aire a gran velocidad. Matilda invocó a un nuevo ejército de arcángeles que se lanzaron entre risas a la batalla, deseosos de destruir el mal que había surgido de las sombras infernales.
El chamán por su parte llevaba un rato otorgándole poder a una extraña pero hipnótica roca brillante, verde como el mar, cuatro animales le protegían de los zombis que habían conseguido llegar hasta ellos, un oso, un águila, un tigre y un lobo espectrales luchaban con una fuerza colosal contra las hordas de muertos. Riot había invocado un escudo de protección mientras el guardián que tenía delante despedazaba sin piedad la carne maldita del ejército diabólico.
-Que vamos a hacer? Tus Ángeles no contendrán mucho su avance!- le gritó a Matilda.
-Tenemos que esperar a que el chamán confiera poder a la roca, es un portal, tenemos que tirársela para devolverlo a su dimensión, solo tendremos una oportunidad!
La tierra se abrió aun más para alumbrar mas zombis guerreros, el Arconte lanzó llamaradas por los ojos contra el chamán sospechando que es lo que tramaban, el guardián de Riot apartó al anciano de la trayectoria justo en el momento en que iba ser desintegrado, en vano su lobo espectral se interpuso entre su amo y el fuego, pereciendo al instante.
Los pocos ángeles soldado que quedaban intentaban repeler la sangrienta oleada de no-muertos infernales.
-Tenemos que hacerlo ya!
El anciano chamán acababa de concluir la piedra del portal.
-Lánzasela!
-Me has visto cara de jugador de baseball??- Al segundo dos ángeles lo tomaron en brazos-Otra vez no!
Riot se vio volando otra vez y esquivando fuego y espadazos gigantes, llevaba la roca en la mano, quemaba como las marcas de sus manos, pero era ahora o nunca. Cuando se elevaba una lanza demoníaca le atravesó la pierna, el dolor era insufrible y casi le hace perder el conocimiento, empezaba a perder mucha sangre y sentía que las fuerzas le estaban abandonando paulatinamente.
Matilda luchaba a duras penas con sus conjuros contra hordas de perros de la muerte, ya tenía varias heridas y el chamán apenas podía repeler los ataques al borde de sus energías.
-Este es el fin.- Decía Matilda entre las amargas lágrimas de la derrota. Mientras tanto Riot apenas podía tener la roca en sus manos, cuando estuvo lo suficientemente cerca como para ver la expresión de terror del demonio hizo acopio de sus últimas fuerzas y lanzó la roca. Esta trazo un débil arco entre las llamas y comenzó a caer en picado a pocos metros de la barbilla del gigante. Todo había fracasado, los esfuerzos habían sido en vano, una puerta brillante comenzaba a abrirse en medio de las Cámaras por donde el diablo haría su entrada triunfal en la tierra condenando a toda la humanidad…
…A menos que alguien hubiese estado lo suficientemente despierto como para saber aprovechar una oportunidad entre un millón, alguien con los reflejos tan increíblemente despiertos y desarrollados como para distinguir una roca verde entre miles y miles de rocas candentes, suena increíble, así era la expresión de Riot cuando lo vio.
Cuando estaba todo perdido una figura gatuna con maullido increíblemente alto y los ojos totalmente bizcos paso saltando a su lado con una sartén en la mano, la que uso para darle a la roca como si fuese una raqueta de tenis. La roca impulsada por toda la fuerza de que puede dar un adicto patológico a la cafeína entro directamente en la boca del Monstruo, el gato no consiguió asirse a nada y cayó a la insondable nada, donde solo vivía la muerte…
El Arconte comenzó a iluminarse, como conteniendo una luz tan poderosa que no le cabía en el interior. Pero esta encontró su camino hacia el exterior y empezó a destruirle los miembros y a rajarle la carne, hasta que con un grito ensordecedor estallo despidiendo a su alrededor a los miles de soldados que aun peleaban. Como también salieron disparados por la onda expansiva Riot y sus amigos. Lo último que vio Riot fue a Matilda cogiendo al Chaman sobre sus hombros y acercarse a el mientras todo su mundo alrededor se destruía y caía al vacío.
Hasta que lo despertó una voz desconocida…
Se sentía como si flotase entre nubes de algodón, todo olía a limpio y había calma a su alrededor, descartó rápidamente el encontrarse en su piso. Lo veía todo borroso y las cosas no paraban de dar vueltas por mucho que les pidiera que dejaran de hacerlo.
-Vaya, no esperaba que despertases tan pronto.-Una enfermera le sonreía, estaba en un hospital.
-Dónde…
-No hables, estas muy débil, llevas en coma 2 meses y 15 días, si no te hubieran traído a tiempo estarías muerto, perdiste muchísima sangre, fue un…
-Milagro.- Reconocía aquella voz, Matilda y su silla de ruedas entraron en la habitación acompañada del Chamán, sus sonrisas eran reconfortantes. Dos meses después el mundo había seguido girando, lo habían conseguido al final aunque pareciese mentira, había hecho algo bien por primera vez en su vida.
-Dónde esta Jimmy?- preguntó.
-Te lo he guardado, tranquilo, pronto te lo devolveré, ahora tienes que preocuparte solo en ponerte bien. Por cierto, Scrapy me dijo que en el lugar donde te encontró después de… bueno, después de todo, también encontró esto.
Matilda le dio una carta chamuscada, el dos de corazones… Riot sonrió
-Matilda, creo que va siendo hora de buscarme un trabajo normal.
-Creo que va siendo hora de que lo hagamos los dos…
El día brillaba con fuerza, el sol parecía querer meterse hasta dentro de los cajones. Probablemente el mundo nunca se enteraría de lo que había pasado, probablemente nunca salvo ellos cuatro supieran jamás que todo estuvo a punto de irse a la ruina, pero 3 amigos y un gato adicto consiguieron salvar al mundo un poco de tiempo más. Daba igual, todo estaba bien, eso era normal y la normalidad era lo único que Riot pedía, eso y un poco de pizza barbacoa, así que apretó el botón de la cama del hospital.
A miles de kilómetros de allí, en un bar pequeño en España, en la provincia de Sevilla, Manuel atendía como podía la barra del bar, era domingo y el sitio estaba lleno a rebosar. Al borde del colapso total le gritó a uno de sus camareros:
-Niño! Recoge las mesas de fuera que están esperando para sentarse…
…Y por Dios, que alguien se lleve a este puto gato de aquí que no para de arañar la palanca de la maquina del café!
La vida era apacible allí, la comunidad resolvía sus problemas pacíficamente y para los problemas serios acudían a Totomawue, el gran sabio chamán, amo de los elementos y conjurador de todo lo negativo, el único capaz de redirigir una invocación del más alto nivel.
Y en la zona más alta del llano, con vistas al increíble desierto, estaban el abuelo Kakito de 93 años de edad y el pequeño Mikio de 9 años. El anciano disfrutaba del tabaco de su pipa. Como la lengua Orinobe es increíblemente difícil de traducir, pondremos una traducción aproximada en otro color para que sea comprensible.
El abuelo le decía al pequeño, disfrutando ambos del viento calido del desierto:
- Vientuki calentuki tiki tiki pam pam.
(Oh, pequeño, cuan hermoso y cálido es el viento del desierto)
- Waki flaki arenuka en kalzonako flus flus.
(Si abuelo, que agradable es sentirlo en nuestra morena piel)
- Flosti Fros totemako koponero , tiki taka rallete en nuka nuka, ja ja ja.
(Si hijo mio, adoremos a los espiritus para ganarnos su favor, oh que divertido)
- La virgenaka, viejostis! capuchinuki pajarrako bum bum cataplum!
(Oh, anciano, no es por asustaros, pero estoy viendo un extraño ave que parece perder altura!)
-DERRAMARÉ LA SANGRE DE LOS INOCENTES EN EL NOMBRE DE BELCEBÚ!!!- Riot llevaba hablando por boca del demonio un buen rato, Matilda, cuya silla de ruedas estaba amarrada con cuerdas al cacharro volante se echaba a un lado mas metafóricamente que físicamente intentando esquivar las babas verdes que Riot escupía entre lastimeros “perdón” “lo siento” y “por poco le doy al gato jejeje” el gato por su parte no paraba de golpear una vieja sartén que había rescatado de la basura de Scrapy contra uno de los numerosos hierros del “helicóptero” su adicción no conocía limites y se dedicaba a hacerle pedorretas con la lengua a todo el que se le ponía por delante.
Scrapy estaba contento, había encontrado la aldea y pretendía aterrizar en ella, bueno donde dice “aterrizar” pongamos “perdida total de combustible” y caída en picado y “en ella” digamos “sobre un anciano y un pequeño niño.”
El anciano tiró la pipa al suelo, se arremangó la falda de su túnica y corrió dándose patadas en el culo a una velocidad que el niño no pudo igualar. El estruendoso golpe del “helicóptero” estrellándose contra el suelo hizo que el pequeño poblado saltase al unísono y salieran a ver que había ocurrido.
La escena dantesca hizo gritar de terror a más de uno, Riot se había puesto a predicar el fin de los tiempos entre babas verdes, el gato se mostraba de acuerdo con lo que decía aquel tipo tan raro y le aplaudía con las patas. Matilda escapaba en su silla de ruedas del fuego ocasionado por la chatarra voladora y Scrapy nunca había sido más feliz.
“La compañía del diablillo” intentaban explicar a los nativos la situación, el último símbolo había desaparecido totalmente de la mano de Riot y lo único que separaba la venida del maligno de la tierra eran unas cadenas sagradas, invocadas en el averno, que empezaban a romperse. Los indios se miraban entre ellos, uno de ellos le dijo a su vecino:
-Papa fritukaki, brikindans catakroker macdonald ula ula puki puki.
(Cuan extraño, no?)
-Pim pam pum tengo pistoluka, rom farm for proler klak klak lokito vieajakus rompetronic dos mil.
(Cierto amigo, cierto..)
En la cima de la montaña estaban arremolinándose unas nubes negras como los ojos de Riot, el cielo se ensombreció y la tribu al completo comenzó a bailar dándoles gracias a los espíritus por la lluvia que iba a caer, esto se prolongó hasta que una llama cayo al suelo, prendiendo fuego a las ropas de uno de los indios mas entregados al baile. El resultado fue que toda la tribu se apelotono en la casa del chamán y tras este. Riot y sus amigos también entraron en la tienda.
-Noble Totomawue, usted conoció a mi madre, ella me habló de usted.- Dijo Matilda, el Chamán escuchaba con detenimiento…
-Alguien debería traducir o algo no?
-No hace falta, te recuerdo, recuerdo a tu madre, el fuego me habló de este momento…
Fueron las palabras del Chamán, todos los indios (que seguían temblando tras el anciano) se asombraron al oír hablar en la lengua prohibida a su jefe, pero en la balanza de la sorpresa la lluvia de fuego y el poseído que hablaba con voz rara seguían ganando.
-Existe una manera, existe un ritual que podríamos llevar a cabo entre los tres, pero podría matarnos a todos.- La tierra tembló con fuerza y una lluvia de sangre negra acompañó a la ya de por si extraña lluvia de fuego, la aldea parecía estar protegida por un campo magnético que apenas podía contener la furia desatada con la venida del maligno. Unos cuernos aparecieron en al frente de Riot, el gato empezó a reírse de el, completamente bizco por los efectos de no tener cafeína en el cuerpecito. Riot ardía por dentro y solo podía ver la cara del Arconte, rompiendo las cadenas, riéndose de el.
-Ya viene- dijo- ya están aquí…
-Adelante Matilda, fue la contestación del Chamán.
Matilda entendió las palabras del chaman y se preparó para entrar en trance para volver a Las Cámaras, una última vez… Cogió la mano del anciano que empezaba a recitar palabras prohibidas, también cogió la mano temblorosa y caliente hasta un punto enfermo de Riot y le miró al vacío de los ojos.
-Ha sido divertido, me alegra haberte conocido.- Las nulas fuerzas de Riot solo le permitieron devolver una leve sonrisa a Matilda.
Podía ver a sus amigos cayendo por el túnel, las manos que antes intentaban arrancarle la piel ahora habían desaparecido, ocultas por el terror de conocer la venida de uno de los enviados predilectos de Satán. Pero la sorpresa fue mayúscula al verse adelantado en la caída por un gato que no paraba de maullar con una sartén en la mano.
Cuando recuperó el conocimiento se encontraba en las cámaras, bueno, lo que quedaba de ellas, todo el suelo había sido destruido y sustituido por lava candente en la que se ahogaban millones de almas en pena, las que llovían de las cárceles rotas que se desprendían del cielo, estaba lloviendo muerte, sangre y fuego.
El se encontraba sobre un trozo de roca flotante, a su derecha estaba en pie Matilda con alas doradas en su espalda. A su izquierda Totomawue dejó caer al suelo un pesado tótem que hizo gritar de horror a las almas en pena colindantes.
-Que carajo, si voy a morir va a ser a lo grande.
Se dibujo en la frente y en el pecho símbolos arcanos, después las manos y los brazos y no tardo en aparecer un espíritu guerrero ataviado con armas de guerra medievales que se puso delante de el, protegiéndole, con la mano alzada en señal de parar todo cuanto pretendiese acercarse, y entonces todos vieron al Arconte aparecer…
El coloso surgió de debajo de la lava en el horizonte, las cadenas ya estaban rotas y se giró para mirar fijamente a Riot y sus amigos, acto seguido comenzó a caminar a grandes zancadas por el río de fuego en dirección a ellos.
El demonio trajo a la vida a cientos de soldados muertos vivientes que avanzaron por el aire a gran velocidad. Matilda invocó a un nuevo ejército de arcángeles que se lanzaron entre risas a la batalla, deseosos de destruir el mal que había surgido de las sombras infernales.
El chamán por su parte llevaba un rato otorgándole poder a una extraña pero hipnótica roca brillante, verde como el mar, cuatro animales le protegían de los zombis que habían conseguido llegar hasta ellos, un oso, un águila, un tigre y un lobo espectrales luchaban con una fuerza colosal contra las hordas de muertos. Riot había invocado un escudo de protección mientras el guardián que tenía delante despedazaba sin piedad la carne maldita del ejército diabólico.
-Que vamos a hacer? Tus Ángeles no contendrán mucho su avance!- le gritó a Matilda.
-Tenemos que esperar a que el chamán confiera poder a la roca, es un portal, tenemos que tirársela para devolverlo a su dimensión, solo tendremos una oportunidad!
La tierra se abrió aun más para alumbrar mas zombis guerreros, el Arconte lanzó llamaradas por los ojos contra el chamán sospechando que es lo que tramaban, el guardián de Riot apartó al anciano de la trayectoria justo en el momento en que iba ser desintegrado, en vano su lobo espectral se interpuso entre su amo y el fuego, pereciendo al instante.
Los pocos ángeles soldado que quedaban intentaban repeler la sangrienta oleada de no-muertos infernales.
-Tenemos que hacerlo ya!
El anciano chamán acababa de concluir la piedra del portal.
-Lánzasela!
-Me has visto cara de jugador de baseball??- Al segundo dos ángeles lo tomaron en brazos-Otra vez no!
Riot se vio volando otra vez y esquivando fuego y espadazos gigantes, llevaba la roca en la mano, quemaba como las marcas de sus manos, pero era ahora o nunca. Cuando se elevaba una lanza demoníaca le atravesó la pierna, el dolor era insufrible y casi le hace perder el conocimiento, empezaba a perder mucha sangre y sentía que las fuerzas le estaban abandonando paulatinamente.
Matilda luchaba a duras penas con sus conjuros contra hordas de perros de la muerte, ya tenía varias heridas y el chamán apenas podía repeler los ataques al borde de sus energías.
-Este es el fin.- Decía Matilda entre las amargas lágrimas de la derrota. Mientras tanto Riot apenas podía tener la roca en sus manos, cuando estuvo lo suficientemente cerca como para ver la expresión de terror del demonio hizo acopio de sus últimas fuerzas y lanzó la roca. Esta trazo un débil arco entre las llamas y comenzó a caer en picado a pocos metros de la barbilla del gigante. Todo había fracasado, los esfuerzos habían sido en vano, una puerta brillante comenzaba a abrirse en medio de las Cámaras por donde el diablo haría su entrada triunfal en la tierra condenando a toda la humanidad…
…A menos que alguien hubiese estado lo suficientemente despierto como para saber aprovechar una oportunidad entre un millón, alguien con los reflejos tan increíblemente despiertos y desarrollados como para distinguir una roca verde entre miles y miles de rocas candentes, suena increíble, así era la expresión de Riot cuando lo vio.
Cuando estaba todo perdido una figura gatuna con maullido increíblemente alto y los ojos totalmente bizcos paso saltando a su lado con una sartén en la mano, la que uso para darle a la roca como si fuese una raqueta de tenis. La roca impulsada por toda la fuerza de que puede dar un adicto patológico a la cafeína entro directamente en la boca del Monstruo, el gato no consiguió asirse a nada y cayó a la insondable nada, donde solo vivía la muerte…
El Arconte comenzó a iluminarse, como conteniendo una luz tan poderosa que no le cabía en el interior. Pero esta encontró su camino hacia el exterior y empezó a destruirle los miembros y a rajarle la carne, hasta que con un grito ensordecedor estallo despidiendo a su alrededor a los miles de soldados que aun peleaban. Como también salieron disparados por la onda expansiva Riot y sus amigos. Lo último que vio Riot fue a Matilda cogiendo al Chaman sobre sus hombros y acercarse a el mientras todo su mundo alrededor se destruía y caía al vacío.
Hasta que lo despertó una voz desconocida…
Se sentía como si flotase entre nubes de algodón, todo olía a limpio y había calma a su alrededor, descartó rápidamente el encontrarse en su piso. Lo veía todo borroso y las cosas no paraban de dar vueltas por mucho que les pidiera que dejaran de hacerlo.
-Vaya, no esperaba que despertases tan pronto.-Una enfermera le sonreía, estaba en un hospital.
-Dónde…
-No hables, estas muy débil, llevas en coma 2 meses y 15 días, si no te hubieran traído a tiempo estarías muerto, perdiste muchísima sangre, fue un…
-Milagro.- Reconocía aquella voz, Matilda y su silla de ruedas entraron en la habitación acompañada del Chamán, sus sonrisas eran reconfortantes. Dos meses después el mundo había seguido girando, lo habían conseguido al final aunque pareciese mentira, había hecho algo bien por primera vez en su vida.
-Dónde esta Jimmy?- preguntó.
-Te lo he guardado, tranquilo, pronto te lo devolveré, ahora tienes que preocuparte solo en ponerte bien. Por cierto, Scrapy me dijo que en el lugar donde te encontró después de… bueno, después de todo, también encontró esto.
Matilda le dio una carta chamuscada, el dos de corazones… Riot sonrió
-Matilda, creo que va siendo hora de buscarme un trabajo normal.
-Creo que va siendo hora de que lo hagamos los dos…
El día brillaba con fuerza, el sol parecía querer meterse hasta dentro de los cajones. Probablemente el mundo nunca se enteraría de lo que había pasado, probablemente nunca salvo ellos cuatro supieran jamás que todo estuvo a punto de irse a la ruina, pero 3 amigos y un gato adicto consiguieron salvar al mundo un poco de tiempo más. Daba igual, todo estaba bien, eso era normal y la normalidad era lo único que Riot pedía, eso y un poco de pizza barbacoa, así que apretó el botón de la cama del hospital.
A miles de kilómetros de allí, en un bar pequeño en España, en la provincia de Sevilla, Manuel atendía como podía la barra del bar, era domingo y el sitio estaba lleno a rebosar. Al borde del colapso total le gritó a uno de sus camareros:
-Niño! Recoge las mesas de fuera que están esperando para sentarse…
…Y por Dios, que alguien se lleve a este puto gato de aquí que no para de arañar la palanca de la maquina del café!
¡Feliz día de San Valentín, y del Amor!
ResponderEliminarFeliz :)
ResponderEliminarDERRAMARÉ LA SANGRE DE LOS INOCENTES EN EL NOMBRE DE BELCEBÚ!!!-
ResponderEliminarMe encanta esta parte xDD Harían falta más rituales satánicos.
Un beso; buen trabajo ;)
Sandra.
jajaja...
ResponderEliminartiens fijacion con los gatos adictos a la cafeina eh??
muy bueno!! sigue asi!!!